Translation for "mishná" to french
Mishná
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Quería comprar una serie de la Mishna, y yo, sin poder abrir la puerta.
Il voulait acheter un exemplaire complet de la Michna, mais je n’ai pas pu ouvrir la porte.
Dijo que esa ley estaba basada en una de las treinta y nueve prohibiciones de la Mishná, el primer libro escrito sobre las tradiciones orales judías.
Que cette loi était fondée sur une des trente-neuf interdictions de la Michna, le premier livre écrit sur les traditions orales juives.
Silencio. Ahora bien, en la Mishná, continuó, dice que las aves de rapiña no son kósher, pues para que un ave sea kósher, ésta debe cumplir con tres características.
Silence. Et puis, la Michna, a-t-il poursuivi, dit que les oiseaux de proie ne sont pas kosher, car pour être un oiseau kosher, ils doivent obéir à trois caractéristiques.
Enseguida desvió su atención a otros asuntos y a otros libros completamente distintos: el declive de algunas lenguas minoritarias de los Balcanes, la influencia de la poesía caballeresca de la Edad Media en los orígenes de la novela, las palabras griegas en la Mishná, la interpretación de la escritura ugarítica.
Ses pensées prirent bientôt un autre cours : le déclin des dialectes minoritaires dans les Balkans, l’influence de la poésie courtoise médiévale sur les origines de la nouvelle, les emprunts grecs dans la Michna, le déchiffrement des textes ougaritiques.
En el instituto Tarbut no sólo aprendíamos a leer, escribir y hablar un hebreo muy bueno, que la vida se ha encargado de estropearme, estudiábamos también Biblia, Mishná y poesía medieval, pero además estudiábamos biología, polonística, es decir literatura e historia polacas, arte del Renacimiento e historia de Europa.
 « Au lycée Tarbout, nous n’apprenions pas seulement à parler, lire et écrire un hébreu admirable que la vie ici m’a abîmé. Nous étudiions la Bible, la Michna, la poésie médiévale, et aussi la biologie, la littérature et l’histoire de la Pologne, l’art de la Renaissance et l’histoire européenne.
Estaban los fariseos y los escribas, que eran nuestros sabios de los que salió la Mishná, y además estaban los saduceos y los betusianos, los esenios y otros muchos…, y de todos ellos el Nazareno eligió… y se adhirió a la facción de los fariseos, nuestros maestros… Y así aparece claramente en los Evangelios cuando les dice a sus discípulos: “Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y los fariseos. De modo que haced y observad todo lo que os digan, pero no hagáis conforme a sus obras” (Mateo 23, 2-3). Jesús no solo reconoce la Ley Escrita sino [también] la Ley Oral: “No penséis que he venido para abolir la Ley o los profetas, no he venido para abolir sino para cumplir”
Il y avait les Pharisiens et les Scribes – nos sages, les rédacteurs de la Michna – et aussi les Sadducéens, les Boéthusiens, les Esséniens, etc. Entre tous, le Nazaréen a choisi... il a suivi les Pharisiens, nos maîtres... ce qui apparaît clairement dans les Évangiles quand il s’adresse à ses disciples : « Les Scribes et les Pharisiens siègent dans la chaire de Moïse. Vous devez donc leur obéir et faire tout ce qu’ils vous disent, mais n’agissez pas comme eux. » (Matthieu 23, 2-3.) On en déduit que Jésus reconnaît non seulement la Torah écrite, mais (aussi) la loi orale : « N’allez pas croire que je suis venu pour abolir la Loi de Moïse...
Hay dos formas de ser musulmán, según que uno construya su islam sobre las suras que dicen «Exterminad a los incrédulos hasta el último de ellos» (VIII, 7) o sobre estas palabras extraídas de la Sira: «Todo judío que os caiga en las manos, matadlo» (II, 58-60), «Matad a los politeístas dondequiera que los encontréis» (XVII, 58); o sobre estas otras: «No está permitido forzar a nadie a creer» (II, 256), o bien: «El que salva a un solo hombre debe ser considerado como si hubiese salvado a todos los hombres» (V, 32). Recordemos de paso que esa misma invitación, y en los mismos términos, la tienen los judíos (Mishná Sanedrín, 4, 5).
Il y a au moins deux façons d’être musulman suivant qu’on construit son islam sur ces sourates : « Exterminez les incrédules jusqu’au dernier » (VIII.7), ou sur ces propos extraits de la Sîra : « Tout juif qui vous tombe sous la main, tuez-le » (II.58-60), « Tuez les polythéistes partout où vous les trouverez » (XVII.58) ou suivant qu’on s’appuie sur celles-ci : « Pas de contrainte en matière de religion » (II.256), ou bien encore : « Celui qui sauve un seul homme est considéré comme s’il avait sauvé tous les hommes » (V.32) – précisons en passant que cette même invitation, dans les mêmes termes, se retrouve chez les juifs (Michna Sanhédrin, 4:5).
Había grupos de letras góticas ensortijadas como torres de castillos y colecciones de textos sagrados hebreos, ejemplares del Talmud y de la Mishná, libros de oraciones y de textos legales, Midrashim, cuentos y leyendas, un estante de la Sefarad hebrea, un estante de Italia, una zona para la revista Hameasef de Berlín y otros testimonios de la Ilustración hebrea, y había un amplio espacio para libros de estudios judaicos, historia de Israel, crónicas del antiguo Oriente, historia de Grecia y Roma, historia del cristianismo antiguo y moderno, todo tipo de culturas paganas, civilización islámica, religiones de Asia e historia de la Edad Media, y una pared entera de libros sobre la historia del pueblo de Israel en la Antigüedad, la Edad Media y la modernidad; había extensas zonas eslavas oscuras para mí y territorios griegos, y también zonas marrón grisáceo de clasificadores y archivadores de cartón repletos de páginas impresas y manuscritos.
On y trouvait des rangées en lettres gothiques, sinueuses comme des tourelles de donjon, et les livres sacrés du judaïsme, gemaras, michnas, rituels de prières, codes de jurisprudence, recueils de midrashim, de contes et légendes, l’étagère de l’âge d’or espagnol, celle de l’Italie, la collection du mensuel berlinois Hameasef et d’autres publications du mouvement de la Haskala, des rayonnages à perte de vue sur la pensée juive, l’histoire d’Israël, l’Orient ancien, la Grèce, Rome, la chrétienté primitive et moderne, les paganismes, l’Islam, les sagesses orientales, le Moyen Âge, un mur entier consacré à l’histoire du peuple juif dans l’Antiquité, à l’époque médiévale et aux siècles derniers, et il y avait le vaste domaine slave auquel je ne comprenais goutte, le territoire grec, les secteurs gris-brun des classeurs et des fichiers en carton bourrés de tirés à part et de manuscrits.
mishna
Incluso estudió por su cuenta un complejo volumen de comentarios de pasajes de la Biblia, la Mishná y la Guemará.
Il avait appris tout seul à étudier le « khok46 », qui consiste en des morceaux choisis de la Bible, de la Mishna et du Talmud.
En la Mishná, o Torá Oral, como también se la conoce, los rabinos advertían que solo se debían enseñar las doctrinas de creación mística a un alumno digno de ello.
Dans la Mishna – ou Torah orale, comme on l’appelle parfois –, il est conseillé aux rabbins de n’enseigner la doctrine mystique de la création qu’à un seul étudiant, qui en a été jugé digne.
Uno de nuestros sabios, dijo acerca del Mesías: «Que venga, pero yo no deseo vivir para verlo». La Mishná ha previsto que antes de que llegue el Mesías, la arrogancia humana alcanzará su cúspide y…
L’un de nos sages a dit au sujet du Messie : « Qu’il vienne, moi, je ne désire pas le voir. » La Mishna a prédit qu’avant que le Messie ne vienne l’arrogance humaine atteindra son paroxysme et…
En cambio, no me sentía nada feliz cuando el sábado por la tarde el melámed, antes de reunirse con la gente sencilla para soltarles aquellos sermones, nos obligaba a ir al jéder para explicarnos un capítulo de la Mishná. Daba paseos vestido con el gabán de tela de sarga que conservaba desde su boda, tan tieso que en lugar de sarga parecía latón. Enseñaba la Mishná con una entonación que helaba los huesos.
Je n’étais pas du tout aussi heureux quand le samedi après-midi, avant que le maître ne sermonne les Juifs ordinaires, j’entrais au kheyder en même temps que tous les autres élèves et étudiais un chapitre de la Mishna avec Reb Moyshé. Allant çà et là dans son caftan de serge, qu’il avait encore de son mariage et qui était si raide qu’on n’en parlait pas comme d’un caftan de serge mais de tôle, il étudiait la Mishna avec une psalmodie qui faisait froid dans les os.
La Biblia, la Mishná, la Guemará, los poemas sinagogales, los libros de oraciones, la poesía de Sefarad y el jasidismo, todo el maravilloso «armario de los libros», todo es considerado hoy día por muchos judíos como parte de la apisonadora que amenaza con aplastarnos.
La Bible, la Mishna, la Guemara, la liturgie, les livres et les rituels de prières, la poésie séfarade et hassidique – cette merveilleuse bibliothèque agresse aujourd’hui nombre de juifs qui y voient un autre rouleau compresseur, destiné à les broyer.
Da Costa había sido sentenciado por el pecado de proclamar en público que los preceptos de los rabinos recogidos en el Talmud y la Mishná, en tanto consideraciones de los hombres, no eran las verdades supremas que ellos proclamaban, pues aquel privilegio solo pertenecía a Dios.
Da Costa avait été accusé d’avoir péché en proclamant publiquement que les préceptes des rabbins, réunis dans le Talmud et la Mishna, étant des considérations humaines, n’étaient pas des vérités suprêmes comme ils le proclamaient, car seul Dieu avait ce privilège.
Yonatán, el sastre, el del rostro picado de viruelas, pasó tanto tiempo frecuentando a los eruditos y escuchando sus palabras sobre la Torá mientras los atendía en su sastrería, que con el tiempo terminó aprendiendo no sólo el Pentateuco, sino también los comentarios de Rashi, e incluso algo de la Mishná.
Le tailleur Yoynésn au visage grêlé avait si longtemps tourné autour des savants, les avait si longtemps servis, et écouté leur enseignement, qu’avec le temps il connaissait non seulement le Pentateuque avec les notes de Rashi, mais même la Mishna.
Y el dybbuk gritó: —Libértame de la excomunión y yo te prometo de buena fe alejarme, porque no puedo resistir las cosas sagradas. Reb Mordecai Joseph (cuya memoria sea bendita) acordó hacer lo que pedía el dybbuk y prometió estudiar la Mishna en su nombre y recitar la plegaria de los difuntos en bien de su alma, y así solazó al dybbuk y le levantó la excomunión.
Le dybbouk cria alors : « Lève la malédiction que tu m’as jetée et je promets de partir, je ne peux plus lutter davantage contre le sacré ! » Et Reb Mordecaï Joseph (que sa mémoire soit bénie !) fit comme le dybbouk avait demandé, promettant d’étudier la Mishna* en son nom et de réciter la prière des morts pour son âme.
Shosha tenía aproximadamente la misma edad que yo, pero, mientras que yo estaba considerado como un prodigio, sabía de memoria varias páginas de la Gemara y capítulos enteros del Mishná, era capaz de escribir en yiddish y en hebreo y había empezado ya a reflexionar sobre Dios, la providencia, el tiempo, el espacio y el infinito, Shosha estaba considerada como una tontuela en nuestro edificio, el número 10.
Shosha avait à peu près mon âge, mais alors que, moi, j’étais considéré comme un enfant prodige, que je savais plusieurs pages de la Guemara et des chapitres entiers de la Mishna par cœur, que j’écrivais le yiddish et aussi l’hébreu, et que j’avais déjà commencé à méditer sur Dieu, la Providence, le temps, l’espace et l’infini, Shosha, elle, était considérée par tous nos voisins du 10, rue Krochmalna, comme une petite idiote.
Desde los días de los fundadores concilios rabínicos que sirvieron para establecer los preceptos y las leyes agrupados en el Talmud y la Mishná, era bien sabido por todos los judíos del mundo que aquel acto de pretender un regreso masivo a la Tierra Santa se consideraba una manera muy precisa de tentar la llegada de la salvación y, por ende, estaba férreamente prohibida, pues el exilio formaba parte del destino de aquel pueblo hasta tanto lo determinase el verdadero Mesías.
Depuis le temps des conciles rabbiniques fondateurs qui avaient servi à établir les lois et les préceptes regroupés dans le Talmud et la Mishna, tous les juifs du monde savaient bien que prétendre à un retour massif en Terre sainte était considéré comme une façon très précise de solliciter l’arrivée du salut et c’était donc formellement interdit, car l’exil faisait partie du destin de ce peuple tant que le véritable Messie en disposerait ainsi.
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