Translation for "adornaba" to french
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Tenía las facciones irregulares, del sombrero se le escapaban unos cabellos rojizos y adornaba su delgado cuello con una cadena y un medallón.
Elle avait un visage irrégulier, des cheveux roux qui s’échappaient de son chapeau, un cou mince orné d’une chaîne en or avec médaillon.
—Tu iglesia, como tú le llamas, no nos importa nada —contestó uno de los soldados, que, por una larga pluma que adornaba su morrión, parecía ser el cabo encargado del pequeño destacamento—.
– Nous n’avons rien à démêler avec ton église, comme tu l’appelles, répondit un militaire qui, d’après une petite plume dont le devant de son morion était orné, paraissait être le caporal du détachement ;
Miró los pétalos de rosa magullados que llevaba en el pelo, y la gargantilla de perlas y zafiro que le adornaba el cuello, y el esmalte de uñas rojo brillante de los dedos de los pies.
Il regarda les pétales de rose tout froissés sur ses cheveux, et le collier de perles orné d’un saphir à son cou, et le vernis carmin qui brillait sur les ongles de ses orteils.
Había pocos libros para leer, salvo la Biblia de Anderson, encuadernada en piel (la misma que antes adornaba el atril de la Iglesia Episcopal), ya que adentro escaseaba el espacio.
Il y avait peu de livres à lire en dehors de la Bible reliée en veau d’Anderson (celle-là même qui avait orné autrefois le lutrin de l’église épiscopale), car la place manquait à l’intérieur.
En ese momento llamaron con suavidad a la puerta, que se abrió lo suficiente como para dejar ver una cara ostensiblemente ancha coronada por una gorra de cuadros y adornaba con un pañuelo de lunares rojo.
Un léger coup fut frappé à la porte, qui s’entrouvrit, laissant apparaître un faciès plutôt adipeux, coiffé d’une casquette à carreaux et orné d’un foulard rouge et taché.
—Desenvainó una espada que tenía un gran diamante en la zarpa dorada que adornaba su pomo y cuyo acero estaba pulido como un espejo, tan brillante en la oscuridad que dejó una mancha blanca en la visión de Skara.
Il dégaina son épée, au pommeau orné d’une serre dorée agrippant un gros diamant, l’acier éclatant dans l’obscurité imprimant une traînée blanche sur les rétines de Skara.
Sólo me dedicaba a ilustrar y a iluminar: adornaba los márgenes de las páginas, coloreaba el interior de los encuadres y dibujaba en ellos hojas, ramas, rosas, flores y aves multicolo res;
Je ne faisais que les miniatures, et aussi les enluminures ; après avoir orné les marges, à l’intérieur du cadre je posais les couleurs, je rehaussais, de feuilles bariolées, les branchages, les roseraies, y parsemant les fleurs et les oiseaux ;
A ella le parecía que su cuñada, con su sencillo vestido de muselina blanca, con la ristra de perlas que adornaba sus cabellos oscuros, nunca había estado tan encantadora, pero en los ojos del coronel captaba una mirada que era más de indagación que de admiración.
Dans sa robe toute simple de mousseline blanche, avec ses cheveux bruns ornés d’une couronne de perles, Georgiana n’avait jamais paru aussi charmante à Elizabeth, mais elle lisait dans le regard du colonel plus d’interrogation que d’admiration.
Estaba fascinada con la nueva moda de sombreros, que habían adquirido dimensiones colosales y ella se los adornaba artísticamente con flores y cintas, y con una flamante adquisición: el pullover, una prenda tejida con lana o seda, cómoda, holgada y fácil de poner y quitar por la cabeza.
Le style des nouveaux chapeaux – immenses et ornés de fleurs et de rubans – l’enthousiasma, de même que la toute nouvelle mode des pull-overs. C’étaient des vêtements tricotés en laine ou en soie, merveilleusement souples et confortables, que l’on enfilait en les passant par la tête.
Adornaba la herradura un verdadero diván turco, es decir, un colchón puesto en el suelo, pero un colchón ancho como una cama, un diván de cincuenta pies de largo, de cachemira blanca, realzada con borlitas de seda negra y punzó, dispuestas en rombos;
Le fer-à-cheval était orné d’un véritable divan turc, c’est-à-dire un matelas posé par terre, mais un matelas large comme un lit, un divan de cinquante pieds de tour en cachemire blanc, relevé par des bouffettes en soie noire et ponceau, disposées en losanges ;
Además del penacho rojo que adornaba su casco en punta, llevaba las diversas insignias que lo identificaban como el capitán de la Guardia del Rey.
Il était paré de divers insignes royaux qui marquaient son grade de capitaine des gardes du roi, avec une aigrette de crin de cheval rouge ornant son casque à pointe.
Aquello le producía a Ulrich una intensa emoción, aunque no por ello se le escapó que el agente o empresario de las pompas fúnebres, que conducía el entierro católico al cementerio y velaba porque todo estuviera en orden, era un judío alto y robusto, de unos treinta años: un largo bigote rubio adornaba su rostro; llevaba en el bolsillo papeles, como un guía turístico; se movía afanosamente arriba y abajo y arreglaba los arreos de un caballo o susurraba algo al oído de los músicos.
Cela l’émouvait profondément. Cependant, il ne lui échappait pas que le représentant ou le directeur des Pompes funèbres qui conduisait ce catholique cortège au cimetière et le maintenait dans l’ordre était un grand Juif robuste de quelque trente ans : paré d’une longue moustache blonde, il portait des papiers dans sa poche comme un organisateur de voyages accompagnés, s’empressait d’un bout à l’autre du convoi, corrigeait hâtivement le harnais d’un cheval ou chuchotait deux mots à l’oreille des musiciens.
Ante la tienda del señor Ahmad la calle aparecía, como de costumbre, repleta de transeúntes, vehículos y parroquianos de los comercios apiñados a los dos lados. Sólo su cielo se adornaba con la transparencia filtrada del agradable clima de noviembre que cubría el sol tras finas nubes, cuyos jirones brillaban con una blancura resplandeciente sobre los alminares de el-Qalawún y Barquq como si fueran lagos de luz. No había nada en el cielo ni en la tierra que se hubiera salido de lo ordinario, de aquello a lo que el señor estaba acostumbrado a ver cada día, pero el alma del hombre, como las de los allegados a la suya, y quizás las de la gente en general, todas ellas se vieron enfrentadas a una violenta ola de excitación y de sensaciones que las sacó de sus casillas, o casi lo hizo;
La rue, devant la boutique de M. Ahmed, avait son visage habituel, grouillant de passants, de voitures, et de chalands au long des boutiques alignées des deux côtés, sauf que son ciel s’était paré de la transparence filtrée du doux climat de novembre au soleil voilé derrière de fins nuages, dont les lambeaux, d’une blancheur éclatante, brillaient au-dessus des minarets de Qalawun et de Barquq comme des lacs de lumière. Rien dans le ciel, rien sur la terre ne dérogeait à cet ordinaire que notre homme était habitué à voir chaque jour.
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