Translation for "become distracted" to spanish

Become distracted

• distraerse

Translation examples

distraerse

The fool had let himself become distracted.
El muy necio se había permitido el lujo de distraerse.

The detail troubled him, but he couldn't become distracted.
El detalle le inquietó, pero no podía distraerse.

Then, we noticed, he seemed to become distracted in his work.
Luego nos dimos cuenta de que parecía distraerse en el trabajo.

Mariabronne tried hard not to become distracted, though, and set himself in line with the coffins.
Mariabronne procuró no distraerse, sin embargo, y se puso a la altura de las sepulturas.

And she couldn’t even pray in peace without becoming distracted and getting dragged into restless thoughts.
Y ni siquiera podía rezar en paz sin distraerse y darle vueltas a todo lo sucedido.

“Be glad for that,” Catti-brie answered lightly, without hesitation and without becoming distracted from the more important debate with Bruenor.
—Alégrate de que lo sea —replicó la muchacha, jovial, sin vacilar y sin distraerse de la discusión más importante con Bruenor—.

The comparison struck him as ludicrous, and his mouth felt suddenly dry. Moistening his lips with his tongue he realised he had become distracted from the texts again.
Le pareció una asociación absurda, y de pronto tuvo sed, y se mojó los labios con la punta de la lengua, y se dio cuenta de que había vuelto a distraerse de los textos.

I had danced energetically to what I suppose was rave music in one of the small ballrooms with some of the younger execs and fellow guests, and more sedately to the music of the forties and fifties played by a big band in the largest ballroom, where most of the higher-level people were. Suvinder Dzung, twinkle-toed and undeniably impressive, had swept and dipped me round the room a couple of times, though by then, thankfully, he was starting to become distracted by a couple of lissom beauties, one blonde, one auburn, whom I assumed were the cavalry, dispatched to my rescue by Uncle Freddy.
Había bailado con energía a ritmo de lo que supuse era música rave en uno de los pequeños salones de baile junto a algunos de los ejecutivos e invitados más jóvenes, y con más tranquilidad a ritmo de música de los cuarenta y los cincuenta tocada por una big band en el salón de baile grande, donde estaban la mayoría de los altos cargos. Suvinder Dzung, que tenía pies ligeros y era sin lugar a dudas un bailarín impresionante, me había arrastrado alrededor de la pista un par de veces, a pesar de que, afortunadamente, para entonces empezaba a distraerse con una pareja de gráciles bellezas, una rubia y otra con el pelo color caoba, que supuse eran la caballería enviada a mi rescate por Tío Freddy.