Translation for "se abate" to french
Se abate
Translation examples
—Un águila que se abate sobre ti.
— L’aigle qui descend ?
—Yo también bajaré —dijo el abate—.
— Je descends aussi, dit l’abbé.
—Ahora baja —dijo el abate cruzándose de brazos.
«Maintenant descends», dit l’abbé en se croisant les bras.
Él no abate de un tiro a Tommy G. Encuentra a Eddie Leng calcinado.
Il ne descend pas Tommy G. Il découvre Eddie Leng dans son bain de friture.
Por la mañana, una gran cortina de niebla se abate sobre la ciudad de San Francisco.
Tous les matins, un grand mur de brouillard descend sur la ville de San Francisco.
——Casimiro, deberías enseñarle la cantera al señor Lacase; estoy segura de que le interesará —luego, acercándose a mí—: Vayanse pronto, antes de que baje el abate;
– Casimir, tu devrais montrer la carrière à Monsieur Lacase; je suis sûre que cela l’intéressera. – Puis s’approchant de moi: – Partez vite avant que l’abbé ne descende;
Se va a armar un pollo de los gordos, y Callan solo espera a) localizar en el caos a Méndez y quitarle de en medio, y b) hacerlo antes de que uno de los chavales le abata por equivocación.
Callan espère seulement qu’il pourra, au milieu du chaos : 1. trouver Méndez pour lui moucher sa chandelle ; 2. le faire avant qu’un môme le descende par erreur.
En otro subterráneo que está separado de éste unos veinte pies y al cual se desciende por otra escalera, tenemos un viejo abate, jefe del partido de Italia in illo tempore, preso aquí desde 1811. Desde fines de 1813 se le ha trastornado la cabeza, y ya nadie le podría reconocer físicamente. Antes lloraba, ahora ríe;
Ainsi, nous avons dans un cachot, qui n’est séparé de celui-ci que par une vingtaine de pieds, et dans lequel on descend par un autre escalier, un vieil abbé, ancien chef de parti en Italie, qui est ici depuis 1811, auquel la tête a tourné vers la fin de 1813, et qui, depuis ce moment, n’est pas physiquement reconnaissable: il pleurait, il rit;
Lo primero es mi nombre, lo segundo esos ojos, lo tercero un pensamiento, lo cuarto la noche que se acerca, lo quinto esos cuerpos destrozados, lo sexto es hambre y lo séptimo es horror, el horror que estalla de noche —de nuevo la noche —el horror, la ferocidad, la sangre, la muerte, el odio, fétido horror. Se han apoderado de una barrica y el vino se ha apoderado de ellos. A la luz de la luna, un hombre da fuertes golpes con un hacha en los cordajes de la balsa, un oficial intenta detenerlo, se le echan encima y lo hieren a puñaladas, regresa sangrando hacia nosotros, sacamos los sables y los fusiles, desaparece la luz de la luna detrás de las nubes, es difícil comprender, es un instante interminable, y después una ola invisible de cuerpos y gritos y de armas que se abate sobre nosotros, la desesperación que busca la muerte, rápido y que todo termine, y el odio que busca un enemigo, rápido, para arrastrar al infierno —y en la luz que viene y desaparece recuerdo aquellos cuerpos corriendo hacia nuestros sables y el estallido de los disparos de fusil, y la sangre brotando de las heridas, y los pies resbalando sobre las cabezas aplastadas entre los tablones de la balsa, y aquellos desesperados arrastrándose con las piernas destrozadas hasta alguno de nosotros y, ya desarmados, mordernos en las piernas y permanecer aferrados esperando el disparo y la hoja que los destroce, al final —yo recuerdo— morir dos de los nuestros, literalmente despedazados a mordiscos por aquella bestia inhumana surgida de la nada de la noche, y morir decenas de ellos, descuartizados y ahogados, se arrastran por la balsa mirando hipnotizados sus mutilaciones, invocando a los santos mientras sumergen las manos en las heridas de los nuestros para arrancarles las vísceras —yo recuerdo—, un hombre se me echa encima, me aprieta el cuello con sus manos, y mientras intenta estrangularme no para de gimotear ni un instante «piedad, piedad, piedad», espectáculo absurdo, mi vida está en sus manos, y la suya sobre la punta de mi sable, que al final le penetra por un costado y después en el vientre y después en la garganta y después en la cabeza, que rueda al agua, y después en lo que queda, un amasijo de sangre, atrapado entre los tablones de la balsa, pelele inútil en el que empapo mi sable una vez, y dos y tres y cuatro y cinco
ces yeux, la troisième une pensée, la quatrième c'est la nuit qui vient, la cinquième ces corps déchirés, et la sixième c'est la faim – la faim qui grandit à l'intérieur et mord à la gorge et descend sur les yeux, cinq tonneaux de vin et un seul sac de galettes, dit Corréard, le cartographe : Nous n'y arriverons pas – les hommes se regardent, ils se guettent, c'est l'instant où l'on décide comment on va lutter, si on lutte, dit Lheureux, premier officier : Une ration par homme, deux verres de vin et une galette – ils se guettent, les hommes, c'est peut-être la lumière, ou la mer qui roule paresseusement, comme une trêve, ou les phrases martelées par Lheureux, debout sur un tonneau : Nous nous en sortirons, parce que nous avons en nous la haine que nous portons à ceux qui nous ont abandonnés, et nous reviendrons pour les regarder dans les yeux, et ils ne pourront plus ni dormir ni vivre ni échapper à la malédiction que nous serons pour eux, nous vivants, et eux, jour après jour et à jamais tués par leur crime – c'est peut-être cette lumière silencieuse ou la mer qui roule paresseusement, comme une trêve, mais en tout cas les hommes se taisent et le désespoir se fait douceur, ordre et calme – ils défilent devant nous l'un après l'autre, leurs mains, nos mains, une ration par tête – une absurdité, quand on y pense, au cœur de la mer, plus de cent hommes vaincus, perdus, vaincus, qui s'alignent en bon ordre, un dessin parfait dans le chaos indistinct du ventre de la mer, pour survivre, silencieusement, avec une inhumaine patience, inhumaine raison
How many English words do you know?
Test your English vocabulary size, and measure how many words you know.
Online Test