Translation for "rasgas" to french
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La primera flecha rasga el lateral del saco, cerca de la parte de arriba, y deja una raja en la arpillera.
Ma première flèche érafle le haut du sac, en traçant une longue déchirure dans la toile.
Con un suave ruido como de algo que se rasga, apareció una segunda hilera de puntas diminutas detrás de la primera, luego una tercera.
Avec un léger bruit de déchirure, une seconde rangée d’ardillons apparut, puis une troisième.
Finalmente saltó al otro lado como el corcho de una botella y se rasgó la camisa, que se le había enganchado en un saliente de la roca.
Il sortit de l’autre côté tel un bouchon jaillissant d’une bouteille, avec une longue déchirure sur son tee-shirt.
El viento sopló y rasgó la niebla; se abrieron claros y aparecieron porciones de tierra en la distancia, y Nirgal sintió vértigo.
Le vent souffla et lacéra le brouillard. Des déchirures apparurent, et le paysage s’ouvrit jusqu’au lointain. Et Nirgal en avait la tête qui tournait.
Se le rasgó la camisa, y la rata, doblada por las protuberantes vértebras de su espinazo roto, trató de morderle la mano.
Il y eut un bruit de déchirure quand sa chemise craqua, et le rat se plia en deux en dépit de sa colonne vertébrale brisée pour tenter de lui mordre la main.
Ruidos de lucha, algo se rasgó, Dag gritó, y un lío de correas y madera y un destello de metal golpeó violentamente contra la pared de la cueva.
Un glissement, une déchirure, le cri de Dag, un mélange d’attaches et de bois et puis un éclair de métal qui cogna violemment sur le mur de la grotte.
—El gigante se rio—. ¿Un ataque? —No —contesté—. Es tu salida. Detrás de Surt, Jack hendió el aire y rasgó la tela que separaba los mundos. Un zigzag de fuego se encendió sobre la cresta.
a-t-il ricané. Une attaque ? – Non. Ton ordre d’expulsion. Dans le dos du géant, Jack venait de faire un accroc dans le voile entre les mondes, une déchirure frangée de flammes.
Eran pegajosos y delgados, recubiertos de una sustancia viscosa y, al probárselos, uno se rasgó un poco; no era una rotura grave, sólo un pequeño corte entre los dedos, pero a él le pareció de mal agüero. El pomo de la puerta giró, con una sacudida. -¿Quieres caramelos? -le preguntó Dick-.
Ils étaient couverts de colle, gluants et minces, et comme il les enfilait lentement, l’un d’eux se déchira, pas une déchirure dangereuse, rien qu’une fente entre les doigts, mais cela lui fit l’effet d’un présage. La poignée de la porte tourna, fit un bruit sec Dick dit : « Tu veux des bonbons ? Ils ont un distributeur ici.
Agarró la fina bata con las dos manos e intentó en vano estirarla, agrandarla, alargarla para que le cubriera el cuerpo un poco más… Sin embargo, lo único que consiguió al tirar del tejido fue desgarrarlo a la altura del hombro izquierdo. Y, justo en ese momento, en el preciso instante en que hacía el gesto muy humano de taparse, de cubrirse el cuerpo desnudo con la prenda, las paredes y el suelo de la Sala de Espera empezaron a moverse, como si ese movimiento estuviera sincronizado con la rotura de la tela, que había emitido un siseo leve, como cuando una cremallera se abre. Y, de pronto, unas fracciones de segundo después, mientras el temblor de las paredes y del suelo aumentaba, estalló un estrépito metálico formado por unos ejes que se sacudían, unas ruedas que giraban, fricciones, golpes y choques, que hizo aparecer en la mente del Investigador una imagen muy nítida del tren que lo había llevado hasta aquella ciudad, un tren cuya antigüedad lo había sorprendido, aunque no demasiado. Sí, de su memoria surgieron ese tren y muchos otros, decenas, centenares, miles de trenes que unían sus máquinas y sus vagones, llenos de viajeros resignados, todos con más o menos los mismos rasgos que el Investigador, todos zarandeados, impotentes, sorprendidos, formando a su pesar la procesión interminable y estupefacta de la Historia humana. Los bandazos aumentaban en la misma proporción que el estrépito y, a medida que se multiplicaban, las paredes acolchadas parecían transpirar pitidos, martillazos, quizá también voces —aunque de eso no estaba seguro—;
Il tenait à deux mains la tunique trop légère et il essayait en vain de l’étendre, de l’allonger, de l’étirer pour qu’elle couvrît un peu plus son corps, mais à force de distordre le tissu il ne réussit qu’à le déchirer au niveau de son épaule gauche, et c’est à ce moment, à ce moment précis où il faisait le geste très humain de se vêtir, de recouvrir sa peau nue d’un vêtement, que les murs et le sol de la Salle d’attente se mirent à bouger, comme si ce mouvement avait été synchronisé avec la déchirure du tissu qui avait provoqué un bruit délicat de fermeture éclair que l’on ouvre, et quelques fractions de seconde plus tard, à mesure que le tremblement des murs et du sol augmentait, éclata soudain un vacarme métallique fait d’ébranlements d’essieux, de roues, de frottements, de chocs et d’entrechocs, faisant surgir dans le cerveau de l’Enquêteur une image très nette du train qui l’avait amené dans cette ville et dont la vétusté l’avait un peu étonné même s’il ne s’y était pas arrêté vraiment, oui, surgirent de sa mémoire ce train-là et beaucoup d’autres, des dizaines, des centaines, des milliers de trains qui unissaient leurs motrices et leurs wagons emplis de voyageurs résignés ayant tous plus ou moins les traits communs de l’Enquêteur, tous ballottés, impuissants, surpris, et qui composaient, bien malgré eux, l’interminable et stupéfaite procession de l’Histoire humaine. Le tangage s’amplifia ainsi que le vacarme. Tous deux prirent de l’ampleur, tandis que des coups de sifflet, de marteau, peut-être aussi des voix mais il n’en était pas certain, paraissaient transpirer des parois capitonnées, transpirer littéralement, les voix se muant en gouttes de sueur, de liquide huileux et poisseux, sorte de résine qui exsudait du dehors pour venir gorger les murs blancs, les pénétrer, les traverser et saturer la pièce.
con mallas y dos pares de bragas uno de ellos quitados la pierna derecha fuera la izquierda dentro más noticias de ninguna parte esta vez en bradford el sábado cuatro de junio de mil novecientos setenta y siete linda clark con chaqueta verde y vestido largo de terciopelo negro en la sombra del templo sij en bowling back lane recién salida de la meca ahora tiffanys antes la discoteca bali hai borracha y bailando él me adentra en el misterio donde suspiros llantos gritos y lamentos resuenan en la noche de verano sin estrellas furiosas cadencias gritos estridentes broncos gruñidos y cánticos de la multitud en el fútbol mezclados con aplausos él levanta un remolino de polvo que gira eternamente en el aire de la noche sin estrellas el día declina el aire se oscurece y libera a todas las criaturas de la tierra de sus tareas diarias borracha y bailando mi plan era ir andando hasta que viera un taxi en lugar de esperar en la cola con todos los demás y entonces un ford cortina blanco o amarillo modelo dos con el techo negro satánico se detuvo en wakefield road se abrió la puerta y él se asomó y se ofreció a llevarme y veo que tiene treinta y cinco años y mide alrededor de metro ochenta de complexión fuerte con el pelo castaño claro hasta los hombros las cejas densas las mejillas carnosas una nariz grande y manos grandes es por aquí pero estoy borracha de bailar y no paro de cabecear al rebotar con los baches por un descampado y sé lo que quiere pero estoy demasiado borracha de bailar para que me importe y odio a mi marido que es un aguafiestas no le gusta que beba y que baile y ni siquiera se ha tomado la molestia de mirarme mientras bailo y le pregunto al conductor si le gusto y dice que sí y le digo que siga por el descampado más allá de donde van los paquis sin parar de cabecear al rebotar con los baches del descampado sé lo que ella quiere y dice para aquí porque tengo que hacer pis y sale y se agacha en la oscuridad el sonido de la orina en el descampado bajo el aire de la noche del verano negra y sin estrellas de este infierno le pego con el martillo y le rasgo el vestido de terciopelo negro hasta la cintura y la apuñalo varias veces en el pecho en el estómago y en la espalda pero entonces veo luces que se encienden en una caravana de gitanos un perro alsaciano empieza a ladrar y creo que está muerta así que me largo a toda velocidad rebotando entre los baches por el descampado es de día y no estoy bebiendo ni bailando estoy helada de frío y llorando la gente se acerca y me mira tirada en el descampado las bragas y las medias bajadas un golpe en la nuca cuatro puñaladas en el pecho en el estómago y una en la espalda una herida de arma blanca que baja desde el pecho hasta el ombligo los cirujanos me hacen una de esas operaciones que salvan vidas y no me muero no puedo morir así que vivo con un agujero en la cabeza y cicatrices en la tripa donde los suspiros llantos gritos y lamentos resuenan en la eterna noche negra sin estrellas de este infierno en el que no hay esperanza de muerte sola en esta eterna noche sin estrellas sola y expulsada de la discoteca nunca volveré a oír las canciones que me hacían bailar donde él me indicó el camino donde volvió a ganar sin esperanza de muerte sola en esta noche sin estrellas sola entre la chatarra y la basura donde los perros los ponis los gatos los niños de los gitanos juegan con las neveras y las cocinas rotas las bicis y las cunas y no fue aquí donde una niña gitana se escondió en una nevera vieja y nadie la encontraba y murió sola dentro de esa nevera vieja nadie la buscó entre los fregaderos y los contadores rotos los desechos de viejas viviendas municipales deshabitadas y cerradas con tablas mientras los gitanos viven en sus caravanas con sus caballos sus perros y se sientan a beber en el corral mientras sus Una cerilla, y se acabó…
portant un collant et deux culottes une culotte baissée ma jambe droite à l’extérieur la gauche à l’intérieur les informations de nulle part celle-ci de bradford le samedi quatre juin mille neuf cent soixante dix-sept linda clark en veste verte et robe longue en velours sombre dans l’ombre du temple sikh de bowling back lane juste sortie du mecca désormais le tiffanys puis de la discothèque bali hal ivre et dansant dans la rue il m’entraîne dans le mystère où soupirs, cris et lamentations résonnent dans l’air sans étoiles de l’été cadences furieuses exclamations stridentes grognements rauques et psalmodies de supporters de football ajoutés aux bruits de leurs mains lui soulevant un tourbillon impétueux qui tourne inlassablement sur lui-même dans l’air d’été sans étoiles le jour tombant et libérant toutes les créatures de la terre de leurs tâches quotidiennes ivre et dansant dans la rue j’avais l’intention de marcher jusqu’au moment où je trouverais un taxi au lieu d’attendre dans la file avec les autres et pendant que je marchais une ford cortina mark deux blanche ou jaune avec un toit d’un noir satanique a ralenti et s’est arrêtée dans wakefield road la portière s’ouvre et il se penche et propose de me raccompagner et je monte et l’homme a trente-cinq ans et fait peut-être un mètre quatre-vingts il est robuste avec des cheveux marron clair sur les épaules des sourcils épais des joues rondes un gros nez et de grosses mains c’est comme ça ici mais je suis ivre d’avoir dansé et je somnole et la voiture cahote dans une sorte de terrain vague et je comprends ce qu’il veut mais je suis trop ivre à force d’avoir dansé pour m’en inquiéter et je hais mon mari qui est un rabat-joie n’aime pas que je boive et que je danse même s’il n’a jamais pris la peine de me regarder danser et je demande au chauffeur si je lui plais et il répond que oui alors je lui dis d’aller jusqu’au terrain vague qui est là-bas derrière l’endroit où les pakis vont se défoncer la voiture cahote dans le terrain vague et je sais ce qu’elle veut et elle dit arrête-toi ici parce qu’il faut que je fasse pipi et elle descend et s’accroupit dans le noir bruit de son urine dans le terrain vague sous le ciel noir infini et sans étoiles de l’été de cet enfer et je la frappe avec le marteau et je déchire sa robe en velours noir jusqu’à la ceinture et je la poignarde de nombreuses fois à la poitrine au ventre et dans le dos puis la lumière s’allume dans une caravane de gitans un berger allemand aboie et je crois qu’elle est morte donc je file en voiture cahotant dans le terrain vague et c’est le matin et je ne vois pas et ne danse pas j’ai froid un froid glacé et je pleure et des gens viennent me regarder allongée sur le terrain vague ma culotte et mon collant baissés un coup à l’arrière du crâne poignardée quatre fois à la poitrine au ventre et dans le dos dont une déchirure qui va de mes seins sous mon nombril les chirurgiens réalisent une de ces opérations qui sauvent la vie et je ne meurs pas et je ne peux pas mourir donc je vis avec un trou dans la tête et des cicatrices sur le ventre là où les soupirs les cris et les lamentations résonnent dans la nuit noire interminable et sans étoiles de cet enfer où il n’y a pas d’espoir de mourir seule dans cette nuit interminable sans étoiles seule et bannie de la montagne disco sans plus jamais entendre les chansons qui me faisaient danser là où il m’a montré le chemin là où il a encore gagné pas d’espoir de mourir seule dans cette nuit sans étoiles seule parmi les ordures et les déchets où les chiens les poneys les chats et les enfants des gitans jouent avec les vieux frigos et les cocottes-minute les bicyclettes et les poussettes et est-ce que ce n’était pas là qu’on avait caché une petite gitane dans un vieux frigo et que personne ne l’a trouvée et est-ce qu’elle n’est pas morte seule dans ce vieux frigo personne ne la cherchant parmi les éviers et les compteurs cassés les gravats de vieilles maisons murées pendant que les gitans vivent dans leurs caravanes avec leurs chevaux et leurs chiens boivent dans la cour de ferme pendant que leurs
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