Translation for "extiendo" to french
Translation examples
Solo extiende mi vida.
Elle peut uniquement prolonger ma vie.
—El cuello se extiende por completo hasta el vestíbulo —dijo Reeks con orgullo—.
— Le cou se prolonge intégralement dans le hall d’entrée, dit fièrement Reeks.
Pero no vale la pena de que extienda más el relato de este período de mi existencia, porque no me parece que tenga significación alguna.
Mais ce n’est pas la peine que je prolonge le récit de cette tranche de ma, mon, de mon existence, car elle n’a pas de signification, à mon sens.
En la orilla del lado de Libia, allí donde termina esa banda de tierra, se extiende un desierto salvaje y sin límites que abarca toda la anchura de África hasta el Océano Atlántico.
Au-delà, sur la rive libyenne, commence le désert sauvage qui se prolonge sur toute la largeur de l’Afrique.
–Se entrelazan, forman un planeta entero, y el lazo filótico de cada planeta se extiende hasta su estrella, y cada estrella hasta el centro de la galaxia.
— Ils s’entrelacent au niveau de la planète, et la tresse philotique de chaque planète se prolonge jusqu’à son soleil et va de chaque étoile jusqu’au centre de la galaxie…
–Tengo la impresión -dijo ella, hablando con lentitud-, de que ese vampirismo se extiende mucho más hacia su pasado de lo que me ha explicado ahora y es posible que su importancia presente sea mucho más honda.
- J’ai l’intuition, dit-elle lentement, que ce vampirisme remonte plus loin dans votre passé que vous ne me l’avez dit et qu’il se prolonge peut-être jusque dans le présent.
Pero si entre los doce apóstoles había un Judas… Sólo puedo contar ya con el pachá de Egipto, ¡qué Dios prolongue su vida y extienda su imperio!
Mais si, sur les douze apôtres, il s'est trouvé un Judas...             » Je ne peux plus compter que sur le pacha d'Egypte, Dieu prolonge sa vie et étende son empire !
Ni un solo siberiano, vestido a la última moda francesa, se paseaba por su admirable parque, levantado entre un bosque de abedules, que se extiende hasta la orilla del Yenisei.
Pas une élégante Sibérienne, habillée aux dernières modes de France, ne se promenait au milieu de cet admirable parc, taillé dans une forêt de bouleaux, qui se prolonge jusqu'aux berges de l'Yeniseï!
Debajo, en el subsuelo, se extiende el cuerpo principal del santuario, consistente en seiscientas ochenta y siete estancias circulares, unas encima de otras.
À l’intérieur et par en dessous, dans le sol où cette tour se prolonge, la partie principale de cet édifice est faite de six cent quatre-vingt-sept chambres circulaires, l’une au-dessus de l’autre.
Será preferible que no vuelva a abrir la boca, ni aunque se dirijan a usted. ¿Entendido? —Entendido. —Si quiere hablar, hable, pero no se extienda. —Está bien.
Je préfère que vous ne parliez plus du tout, même si on s’adresse à vous directement. D’accord ? — D’accord. — Vous serez peut-être tenté de parler, mais sachez résister.
Es un juego. Ven aquí, por favor —dice, y extiende las manos mientras esboza su sonrisa más candorosa—. Te quiero. —Ojalá fuera cierto —responde Alice esbozando a su vez una sonrisa radiante.
C’est un jeu. Approche… S’il te plaît. Il écarte les mains et lui adresse son sourire le plus sincère. — Je t’aime ! Elle lui retourne bravement son sourire.
Lo que para la ilustración de la Superioridad en cuanto al pasado de la tal Eva Expósito y los hechos delictivos que a lo largo de los años se han ido cometiendo, extiende, informa y firma el susodicho inspector, expedientado y advertido.
Tels sont les faits rapportés, rédigés et signés par l’inspecteur précité, averti et faisant l’objet d’une instruction, à l’adresse de sa Hiérarchie, quant au passé de la dénommée Eva Expósito et à certains comportements délictueux observés sur plusieurs années.
En esta estación del año, el gran fantasma de los bosques, que se cierne sobre el horizonte y extiende su manto opaco y sus pálidos dedos en el cielo, les ha susurrado (aunque la razón dice más bien que es el viento): «No…, basta…, no más allá».
Cette saison, planant au-dessus de l’horizon, déployant un sombre manteau et de pâles doigts dans le ciel, le grand Esprit des bois s’est adressé à eux dans un murmure, – bien que la Raison penche pour le Vent, – « Non… c’est assez… n’avancez plus ».
Mi coche está aquí cerca, dice ella, pero a Dina se le hace difícil dar esos pocos pasos, por lo que se aferra al brazo de aquella mujer desconocida, en medio de esa angustiosa oscuridad, en casa es mediodía y aquí ya es de noche, en unos minutos Nitzan regresará de la escuela, pondrá a calentar la sopa que le dejó preparada, una sopa de lentejas picante que Orly le había enseñado a cocinar hacía casi veinte años, probablemente exista una estrecha relación entre estas cosas pero no atina a identificarla, entre aquella sopa y el hielo resbaladizo que se extiende bajo sus pies y que la obliga a una marcha lenta, paso a paso, como camina su anciana madre tras la caída, con la mirada hacia abajo, hacia el frío que acecha y siembra ante ella obstáculos. Cuál no sería su sorpresa cuando llegan hasta donde está el automóvil al ver que Gideon, que hasta ese momento se cuidó celosamente de no hablar hasta el punto de que ni siquiera la simpática Marina intentó conversar con él, sacó la cámara de su mochila para fotografiar el helado aparcamiento, las sombras de los aviones que aterrizan a lo lejos, las cadenas de bajas montañas, la oscuridad que cae en silencio, como una nieve negra, y esa acción, el primer gesto que por su propia voluntad ha efectuado desde que partieron, hace que Dina se tranquilice al tiempo que se acomoda en el asiento delantero para mover con esfuerzo sus dedos ateridos. Durante el viaje también saca fotos.
Je suis garée tout près, leur dit-elle, mais Dina aura du mal à parcourir ne serait-ce que deux mètres, si bien qu’elle se cramponnera au bras de cette étrangère, dans l’obscurité frissonnante, il est midi à la maison et ici la nuit tombe, Nitzane va bientôt rentrer du lycée, elle réchauffera la soupe de lentilles pimentée préparée selon la recette qu’Orna lui avait donnée quelque vingt ans auparavant, elle est de plus en plus convaincue qu’il y a un lien étroit entre tout cela mais n’arrive pas à mettre le doigt dessus, quelque chose rattache cette soupe et le verglas qui, sous ses pieds, l’oblige à marcher lentement, à petits pas aussi prudents que Hemda après sa chute, yeux braqués vers le sol gelé, de mauvais augure, jonché d’obstacles. Ce n’est que lorsqu’ils atteignent la voiture qu’elle ose pour la première fois lever la tête et voit, incrédule, qu’Amos, qui tout ce temps avait gardé un silence jaloux, décourageant même leur joyeuse accompagnatrice de lui adresser la parole, sort l’appareil photo de son sac à dos et immortalise le parking gelé, les silhouettes des avions au repos dans le lointain, la ligne des collines, l’obscurité qui descend, muette, telle de la neige noire, et ce geste, le premier qu’il accomplit de son plein gré depuis leur départ, la rassure instantanément.
No importa, te ayudaré a buscar, se apresura a responder, nota la roja humedad de sus ojos y desea tranquilizarla, pero cuando la sigue hasta su habitación se arrepiente, jamás fue testigo de tal desorden, pilas de ropa sobre el suelo, sandalias, libros, papeles, registra el cuarto con cierto embarazo, ahí ve unas bragas, sujetadores, tampones, un caos corporal por completo carente de pudor, aunque también de erotismo, ella ni siquiera se muestra turbada, camina por encima de las prendas y los objetos con sus pies descalzos, los revisa y los hace a un lado como si el manojo de llaves fuera a aparecer en la copa de un sostén o en las profundidades de un calcetín, y mientras se pregunta cómo podría ayudarla, acaso apartando él también sus cosas en cualquier dirección los bocinazos que se escuchan desde la calle le recuerdan que el taxi lo espera, el par de minutos ya ha transcurrido y sabe que debe decirle, deja, no tiene importancia, me las arreglaré con el juego de llaves que guardo en casa y eso es lo que efectivamente dice, se desliza escaleras abajo, pero se abalanza contra la ventanilla del taxista y en lugar de abrir la puerta del taxi, de pasar al interior y, a pesar de todas sus fantasías y sus deseos de darle al taxista su dirección, paga la tarifa del viaje y ni siquiera se queda para recibir el cambio, regresa con premura al edificio, sube las escaleras para entrar resollando por la puerta aún entornada. El taxista se ha ido, suelta casi asfixiado, no me esperó. Ella se muestra turbada, la evidente mentira le provoca un sonrojo, o quizá fue ella la que mintió, con un gesto infantil extiende su mano, cerrada en un puño, las encontré, le anuncia.
Il remarque aussitôt qu’elle a les yeux rouges et humides et la rassure aussitôt, ce n’est pas grave, je vais vous aider à chercher, mais lorsqu’il la suit jusqu’à sa chambre il a un choc, jamais il n’a vu un tel désordre, des piles de vêtements sur le sol, des sandales, des livres, des papiers, il contemple la pièce avec embarras, voit aussi des petites culottes, des Tampax, un débordement charnel autant dépourvu de pudeur que de sensualité, Anati ne semble pas gênée le moins du monde, elle marche pieds nus sur ses affaires, les tourne dans tous les sens et les rejette n’importe où, comme si le trousseau de clés pouvait se trouver dans un bonnet de soutien-gorge ou au fond d’une chaussette, il en est encore à se demander comment l’aider et s’il doit lui aussi soulever les vêtements épars pour les lancer un peu plus loin, que des coups de klaxon retentissent dans la rue et il se souvient du taxi qui l’attend, les deux minutes se sont écoulées, il va lui dire, laissez tomber, Anati, peu importe, je vais récupérer le double que j’ai chez moi, c’est d’ailleurs ce qu’il lui dit avant de foncer en bas des escaliers, mais au lieu d’ouvrir la porte du taxi, de s’installer à l’intérieur, de donner son adresse pour le meilleur et pour le pire, il se penche par la vitre ouverte, règle la course, n’attend même pas la monnaie, retourne en courant jusqu’à l’immeuble, s’engouffre à nouveau dans les escaliers et entre par la porte restée ouverte. Le chauffeur a filé sans m’attendre, lâche-t-il tout essoufflé et elle se plante devant lui, cramoisie, est-ce l’évidence du mensonge de son patron qui la fait rougir, ou l’évidence du mensonge qu’elle lui a servi à son arrivée, puisque, dans un geste enfantin, elle tend un poing fermé, tenez, je les ai trouvées.
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