Translation for "enguirlander" to spanish
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Marlee se penche vers moi : — Il y a une candidate qui l’a enguirlandé dans la Salle d’Apparat ? Tu t’en souviens, toi ?
A mi lado, las chicas se miraban unas a otras, asombradas. No lo entendí hasta que Marlee dijo algo. —Yo no recuerdo que nadie le gritara en el Gran Salón, ¿no?
Résultat : les gens ont commencé à crier « Violette, Violette », et le Flaco aussi : « Des couilles, nous on en a des couilles », jusqu’à ce que l’arbitre principal l’enguirlande parce qu’il disait des gros mots.
Para qué fue aquello: la gente empezó a gritar «Violeta, Violeta», y el Flaco también, «Cojones, aquí sí hay cojones», hasta que el ampalla lo regañó por decir malas palabras.
Junior s’est mis à trépigner et à enguirlander ses gardes du corps en jetant des regards furieux à sa création fichue.
Junior se puso a patalear y a soltar juramentos. Miró furiosamente su proyecto frustrado y gritó a sus guardaespaldas.
J’ai enguirlandé le lieutenant, je lui ai dit qu’il méritait qu’on l’abatte, lui aussi. On m’a éloigné de la scène et donné quelques gifles.
Arremetí contra el teniente y le grité que también él merecía que le metieran dos tiros. Me sacaron de allí y me dieron un par de bofetadas.
Il l’ouvrit en vitesse, prêt à l’enguirlander copieusement, et elle fit passer la tablette de médicaments. À l’instant même, un autre policier s’approchait à grands pas. « Miss !
Él bajó el vidrio dispuesto a recibirla a gritos, pero ella le pasó rápidamente las pastillas en el instante que uno de los patrulleros se acercaba a grandes trancos. —¡Miss!
Si tu veux, c’est moi qui ferai la servante, dans la prochaine auberge. Un désastre en perspective. Nynaeve ne manquerait pas d’enguirlander Thom en public ou de souffleter quelqu’un.
Si quieres, yo haré de doncella en la próxima posada. —Seguramente sería un desastre, porque Nynaeve empezaría a dar gritos a Thom en público o a propinar un bofetón a alguien.
Gilles parle d’accrocher une plaque commémorative dans son auberge, histoire de rappeler que la célèbre Scarlet Benoît a grimpé sur son bar pour enguirlander tout le monde, et qu’on en est drôlement fiers !
Gilles está hablando de colocar en la taberna una placa que recuerde cómo la heroína de Rieux, Scarlet Benoit, se puso de pie en esta misma barra y nos gritó a todos, ¡y estamos muy orgullosos de ella!
Des hommes avec des cornes sur le front et des dépouilles d’animaux à la ceinture, eux-mêmes velus à la façon des ours, courbaient la nuque, se démenaient de tous leurs membres, faisaient retentir des cymbales d’airain ou gesticulaient furieusement en frappant sur des timbales, tandis que des garçons aux corps nus et polis aiguillonnaient avec des bâtons enguirlandés de verdure des boucs aux cornes desquels ils s’accrochaient, se laissant entraîner à leurs bonds avec des cris d’allégresse.
Unos hombres con cuernos en la frente, con pieles al hombro, alzaban brazos y piernas, hacían sonar bandejas de metal y golpeaban furiosamente sobre tambores, mientras unos niños desnudos, con varas floridas, pinchaban a machos cabríos, a cuyos cuernos se agarraban, dejando que los arrastrasen en sus saltos entre gritos estridentes.
Un peu plus loin, un cortège de noce débouchait sur la Grande Artère au milieu de musiques, de cris, de parfums de souci et de jasmin à noyer le relent de la poussière. La litière de la mariée faisait une tache de rouge et de clinquant, et tanguait indistincte à travers la buée, tandis que le poney enguirlandé de l'époux allongeait le cou vers les charrettes pour voler au passage une bouchée de foin.
Poco después desembocó en la Gran Carretera un cortejo nupcial, acompañado de música y gritos; un olor de caléndulas y jazmín más fuerte que el hedor del polvo se esparció por el ambiente. A través de la polvareda se tambaleaba la litera de la novia —una mancha de rojo y oropel—, mientras la enjaezada jaca del novio volvía la cabeza para arrebatar un bocado de hierba de un carro de forraje que pasaba a su alcance.
Lowen se recroquevilla en voyant son image bombardée sur tous les écrans de la planète pendant deux cycles complets de nouvelles, le second suscité par le coup de fil que lui adressa la Maison-Blanche pour la remercier des services rendus à la nation. Lowen remercia le président de l’avoir appelée et se promit d’enguirlander son père, sans doute à l’origine de cette opération de communication au nom de son supérieur, à qui ce coup de projecteur médiatique serait profitable à la veille des élections de mi-mandat.
Lowen no sabía dónde meterse mientras su cara aparecía en las pantallas de todo el planeta durante dos días seguidos. El segundo día en las noticias vino provocado por la llamada que recibió del presidente de Estados Unidos, que le dio las gracias por los servicios prestados al país. Lowen le agradeció la llamada y apuntó mentalmente que le debía unos gritos a su padre, quien sin duda había maquinado la operación con los medios de comunicación para beneficiar a su jefe, que se enfrentaba a unas elecciones de mitad de mandato y necesitaba recabar popularidad.
En fait, une troupe d’énergumènes hurlaient, se pressaient à l’entrée, ou cherchaient à sortir. J’ai d’abord cru à un pillage, mais, en fait, c’était le café qu’on cherchait à démolir. Ils faisaient main basse sur toute la vaisselle, sur toutes les tables, pour les casser, méthodiquement, à la lumière des torches que tenaient les badauds. Quelqu’un qui cherchait à les empêcher s’est fait molester, mais il a pu s’enfuir, lui. Au départ, je pensais qu’ils en voulaient juste à l’endroit : ils s’exclamaient que le café, c’est dangereux, pour la vue et pour l’estomac, que ça finit par atteindre le cerveau et faire perdre la foi ; que c’était un poison des giaours, et que saint Mahomet, quand le Diable, déguisé en une femme très belle, lui en avait offert, avait refusé de boire. On en aurait eu pour toute la nuit, comme c’était parti, cette leçon de morale ! Une fois chez moi, j’ai presque eu envie d’enguirlander mon pauvre Nessim, parce qu’il en boit trop de ce petit-noir.
Una multitud que entraba y salía a gritos -en un primer momento pensé que lo estaban saqueando- estaba destruyendo el café. Primero sacaban las tazas, las cafeteras, los vasos y las mesas cuidadosamente y a la luz de las antorchas para que nosotros, los curiosos, lo observáramos y nos sirviera de ejemplo, y luego lo rompían todo ante nuestros ojos. Estuvieron golpeando un rato a uno que intentó detener aquello pero por fin pudo librarse. Al principio pensé que su única preocupación era el café, como decían. Explicaban los peligros del café, cómo estropeaba la vista y el estómago, cómo confundía la mente y provocaba que los hombres abandonaran la fe, cómo era un veneno franco y cómo el Profeta Mahoma lo había rechazado a pesar de que el Diablo se lo había ofrecido disfrazado de una hermosa mujer. Aquello parecía una función nocturna educativa, hasta el punto de que en cuanto volviera a casa pensaba reñir a Nesim y decirle: «No tomes mucho de ese veneno». Como por los alrededores había bastantes pensiones de solteros y fondas baratas, rápidamente se reunió una multitud de espectadores, compuesta de piojosos sin oficio ni beneficio y vagos que habían entrado ilegalmente en la ciudad, que envalentonó a los enemigos del café.
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