Translation for "two lemons" to spanish

Two lemons

• dos limones

Translation examples

dos limones

Obviously instead of anise we'll put in juice from two lemons.
Evidentemente en vez de anís nosotras le vamos a poner el zumo de dos limones.

Iced tea, two lemons.
Té con hielo, dos limones.

Mrs Patmore gave me two lemons and I left them on the kitchen table.
La Sra. Patmore me dio dos limones, y los dejé en la mesa de la cocina.

Tolitto's mom sends him to buy a banana and two lemons.
La mamá de Tolitto lo envió a comprar un plátano y dos limones.

I'm sick of running to the market for two lemons.
Estoy harto de correr al mercado para comprar dos limones.

One lemon, two lemons...
Un limón, dos limones...

Ice water with two lemons, please.
Agua helada con dos limones, por favor.

One lemon and half a lemon, two lemon and half a lemon.
Un limón y medio limón, dos limones y medio limón.

I want two lemons!
¡Quiero dos limones!

Two lemons on the table.
Encima de la mesa había dos limones.

In my ancient fridge, whose rusty door handle had partly come away, was a corn-fed chicken, a quarter-pound of butter, two lemons and a bunch of fresh tarragon.
En mi viejo frigorífico, al que se le había desgajado casi por completo el asidero oxidado de la puerta, había un pollo de corral, unos cien gramos de mantequilla, dos limones y un puñadito de estragón fresco.

But, after all analysis, I incline to think that what gave me my first old-fashioned impression was simply a set of tall, old-fashioned wine-glasses, one or two lemons and two churchwarden pipes.
Pero, al terminar mi análisis, me incliné por creer que lo que me produjo esa primera impresión de antigüedad fue el juego de copas de vino altas y anticuadas, uno o dos limones y dos pipas largas de barro.

Nevertheless, budding breasts like two lemons were poking out beneath my cotton dress, and already Naranjo was the connoisseur of women he is today; he could envision the future shape of hips and other protuberances, and draw his conclusions.
Sin embargo, los senos incipientes marcaban mi delantal de algodón como dos limones y ya en aquel tiempo Naranjo era el mismo catador de mujeres que hoy es, de modo que pudo presentir la forma futura de las caderas y otras protuberancias y sacar sus conclusiones.