Traduzione per "tira" a francese
Esempi di traduzione.
El coge la cartera de ella, la tira al suelo, la desnuda, se acuesta cuan largo es junto al cuerpo de ella en el suelo.
Il prend son cartable, il le jette sur le sol, il la déshabille, se couche le long d'elle sur le sol.
una tira de cuero trenzado;
une bande de cuir tressé ;
Acarició una tira marrón—.
Elle caressa une bande marron sur la couverture.
Tira a tira, la manta había quedado reducida a un trozo de tela de no más de treinta centímetros de ancho por sesenta de largo.
Bande après bande, la couverture s’était réduite à un rectangle de trente centimètres sur soixante.
Colocó el pie en la tira más próxima.
Il mit le pied sur la bande la plus proche.
Leo desenrolló la pequeña tira de papel.
Léo déroula la petite bande de papier.
En el bolsillo encontró una tira de papel-conejo;
Elle trouva dans sa poche une bande de papier-chance ;
Por fin, una tira de luz anaranjada apareció por el este;
Enfin, une bande de lumière rouge apparut à l’est ;
Creo que estaba con lo otro. —Le tendió una tira de papel—.
Je pense que ça va avec. » Elle lui a tendu une bande de papier.
Una larga tira de tela arrancada de la manga.
Je me déchire la manche et j’arrache une longue bande de tissu.
la tira se abrió en el centro. —¡Abra la tapa!
La bande s’écarta vers le centre. — Soulevez le couvercle !
Tampoco es que vaya a enterarse, ¿no? —(Pero ¿y si lo hacía?). El tira y afloja sobre su cuerpo había empezado ya y ni siquiera estaba muerto.
Ce n’est pas comme s’il allait être au courant… » (Et s’il l’était ?) Les discussions sur sa dépouille avaient déjà commencé et il n’était même pas encore mort.
La practicamos en un fragmento del fémur y en una tira de cuero que hallamos con el cuerpo, tal vez un fragmento del calzado o de la vaina de un arma.
Sur un fragment de fémur et une lanière de cuir trouvée auprès de la dépouille, qui provenait sans doute d’une chaussure ou peut-être d’un fourreau.
Miré a Marta ahora desde mi altura, desde la de un hombre que está de pie y mira hacia alguien tumbado, vi sus nalgas redondeadas y duras que sobresalían de sus bragas pequeñas, la falda subida y la postura encogida dejando ver todo eso, no sus pechos que seguían cubriendo sus brazos, un desecho, ahora sí un despojo, algo que ya no se guarda sino que se tira -se incinera, se entierra- como tantos objetos convertidos en inservibles de pronto que le pertenecieron, como lo que va a la basura porque se sigue transformando y no se puede detener y se pudre -la piel de una pera o el pescado pasado, las hojas primeras de una alcachofa o la asadura apartada de un pollo, la grasa del solomillo irlandés que ella misma habría vaciado en el cubo desde nuestros platos hacía poco, antes de que fuéramos al dormitorio-, una mujer inerte y ni siquiera tapada, ni siquiera bajo las sábanas.
Je regardai Marta à présent de ma hauteur, de celle d’un homme debout qui regarde quelqu’un d’allongé, je vis ses fesses arrondies et dures que faisait ressortir sa petite culotte, la jupe remontée et la position recroquevillée laissant voir tout cela, pas ses seins toujours couverts par ses bras, un rebut, une dépouille maintenant, quelque chose que l’on ne garde plus mais que l’on jette — que l’on incinère, que l’on enterre — comme tant d’objets lui ayant appartenu devenus soudain inutilisables, comme tout ce qui, se transformant sans cesse, échoue aux ordures, que l’on ne peut garder et qui pourrit — la peau d’une poire ou le poisson gâté, les premières feuilles d’un artichaut ou les entrailles d’un poulet, le gras du tendron irlandais qu’elle-même devait avoir versé de nos assiettes dans la poubelle peu de temps auparavant, avant que nous n’allions dans la chambre — une femme inerte et même pas couverte, même pas sous les draps.
Su aparente piedad es sólo política, nada más, y por eso tenemos que esperar que desaparezca Jerónimo para entronizar a la Iris con su hijo en brazos, aunque me digan que no los cardenales a mí qué me importa si tengo la fortuna de Jerónimo en mis manos y puedo construir con ella el santuario que haga perdurar el nombre que ellos quisieron sepultar, ustedes, mientras tanto, aquí conmigo, tranquilas, no, no se van a morir, el niño va a alcanzar a hacer su milagro antes de que mueran para llevarlas al cielo, a un sitio exactamente igual a éste, pero tenemos que esperar, esperar todas cantando y rezando, pero también jugando al canódromo con que las voy despojando de todo, las viejas tiritan de frío en la capilla, no tienen zapatos, yo hago un montón a mi lado con las cosas que voy ganando y después las guardo para el niño, nada es para mí, todo será para el niño, ahora pañales, algodón, colonia, talco del mejor, cirios, flores, después serán otras sus necesidades y puede necesitar alguna de estas cosas que les he ido ganando a las viejas, yo siempre soy la perra amarilla, no puedo desprenderme de ella, tengo la obligación de hacerla correr por los montes y los caminos y por los campos y hacerla vadear esteros y lagos, en mis manos revive, no es que quiera ganarles las cosas, pobres viejas, para qué necesito mugres si no es para elegir la más mugrienta y apolillada para cambiarla por otra prenda un poco menos sucia y rota que llevaba puesta, yo no quiero ganar, es la perra la que me obliga a ganar corriendo por la pista, uno, dos, tres, cuatro, agua, atrás, dos, tres, tú, Rita, tú Rosa, a mí ahora, la sombra de la perra amarilla es enorme sobre el muro y vibra y corre mientras los cirios se consumen y mi pila de harapos para el niño, por si acaso, porque la perra amarilla me impone la servidumbre de hacerla ganar una y otra vez, crece y crece mi montón de porquerías que las brujas me entregan llorosas, sus pobres talismanes que no quiero yo sino la perra que corre por las paredes de la capilla execrada donde la Iris y el niño presiden entronados, y las viejas lloran, tienen que jugar, ellas, como yo, obedecemos a la perra, somos ávidas, nuestras manos arrancan vestiduras, se apoderan de relojes descompuestos, del calendario con la última página de hace siete años, de las zapatillas, de la media impar, de la gorra de bañista color frambuesa, gané, gané, la perra amarilla ganó otra vez porque es invencible y yo grito y les arrebato lo que me ruegan que no les cobre aunque yo no quiero abusar con estas ancianas, no quiero despojarlas, pero la perra amarilla quiere, yo la obedezco porque así corre y ladra y le aúlla a la luna y vadea charcos, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, me toca otra vez, qué suerte misiá Inesita, ya empezó, cinco, uno, dos tres, cuatro, cinco, enorme en la pared su sombra, las viejas no ven qué grande y qué viva es la sombra de la perra porque ellas sólo ven mi tablero y el miedo de que les arrebate unas varillas de paraguas, una bufanda desteñida, eso ven, corre, corre, perra, ya Iris, deja a tu niño para que te lo cambien, ven a jugar conmigo, qué cosa apuestas, bueno, me gusta tu abrigo café, contra él van las zapatillas estas que eran de la Rosa Pérez, tira tú primero, cuatro, uno, dos, tres, cuatro ahora la perra blanca, uno, dos, mala suerte, y corre la perra azul por el tablero y la perra colorada por el tablero, pero la perra amarilla corre y corre ensangrentándose las patas para llegar primero a la meta y así yo arranqué el abrigo café de los hombros de la Iris que trata de impedírmelo, tengo frío, pero a mí no me importa aunque me da pena que la beata tenga frío, lucho por quitártelo porque la perra lo quiere, qué te importa que te dé frío, Iris, ya tuviste a tu niño así es que ya no estás inflada, bueno, si quieres, como un gran favor, porque eres la beata, mañana te daré la revancha para ver si me puedes ganar el abrigo de vuelta para que no tengas frío, tú con tu guagua amorosa en tu cama sí que no vas a pasar frío, las guaguas calientan mucho cuando duermen en la misma cama que su mamá, y yo no me caliento con nada, mis huesos se van enfriando más y más y más y más y no sé qué hacer para que se calienten.
Son apparente piété est seulement politique, c’est tout, c’est pourquoi on doit attendre la disparition de Jerónimo pour introniser Iris avec son fils dans ses bras, même si les cardinaux me disent que non, qu’est-ce que ça peut me faire si je dispose de la fortune de Jerónimo, avec, je pourrai construire le sanctuaire qui fera perdurer le nom qu’ils ont voulu ensevelir, vous autres, en attendant, restez avec moi tranquilles, non, vous ne mourrez pas, l’enfant arrivera à faire son miracle avant votre mort pour vous emmener au ciel dans un endroit exactement pareil à ici, mais il faut attendre, attendre en chantant toutes et en priant, mais aussi en jouant au canodrome avec lequel je vous dépouille de tout, les vieilles grelottent de froid dans la chapelle, elles n’ont plus de chaussures, je fais un tas à côté de moi des affaires que je gagne et ensuite je les mets de côté pour l’enfant, rien n’est pour moi, tout sera pour l’enfant, maintenant des langues, du coton, de l’eau de Cologne, du talc de la meilleure qualité, des cierges, des fleurs, plus tard il aura d’autres besoins, il pourra avoir besoin d’un de ces effets que j’ai gagné aux vieilles, je suis toujours la chienne jaune, je ne peux pas m’en détacher, je suis obligée de la faire courir par monts et par vaux, à travers champs, de lui faire franchir des marais et des lacs, elle revit dans mes mains, ce n’est pas que je veuille vous gagner ces affaires, pauvres vieilles, pourquoi aurais-je besoin de ces saletés si ce n’est pour choisir la plus crasseuse et la plus mitée et remplacer un autre vêtement un peu moins sale et déchiré que j’avais sur moi, moi je ne veux pas gagner, c’est la chienne qui m’oblige à gagner en courant sur la piste, un, deux, trois, quatre, à l’eau, je recule, deux, trois, à toi, Rita, à toi Rosa, maintenant, à moi, l’ombre de la chienne jaune sur le mur est énorme, elle vibre et elle court tandis que se consument les cierges et que grandit mon tas de guenilles pour l’enfant, pour le cas où, car la chienne jaune me force à la faire servilement gagner, encore et encore, que ne cesse de grandir le tas de saletés que les sorcières me remettent en pleurnichant, leurs pauvres talismans dont je ne veux pas, moi, mais la chienne qui court sur les murs de la chapelle désaffectée où trônent Iris et l’enfant, occupant la présidence, et les vieilles pleurent, elles doivent jouer, elles aussi bien que moi, on obéit à la chienne, on est avides, nos mains arrachent des vêtements, s’emparent de montres pourries, du calendrier qui porte encore la dernière page d’il y a sept ans, des chaussons, du bas unique, du bonnet de bain framboise, j’ai gagné, j’ai gagné, la chienne jaune a encore gagné car elle est invincible et je crie et je leur arrache ce qu’elles me supplient de ne pas leur prendre, quoique je ne veuille pas, moi, abuser de ces vieilles, que je ne veuille pas les dépouiller, mais la chienne jaune le veut, je lui obéis parce qu’elle court comme ça, qu’elle aboie et hurle à la Lune et franchit des mares, un, deux, trois quatre, cinq, six, c’est encore à moi, quelle chance, misiá Inesita, ça y est, elle démarre, cinq, un, deux, trois, quatre, cinq, son ombre est énorme sur le mur, les vieilles ne voient pas combien grande et vivante est l’ombre de la chienne, car elles ne voient que le terrain de jeu et leur peur que je prenne possession de quelques baleines de parapluie, d’un cache-nez déteint, c’est ça qu’elles voient, cours, cours, chienne, allez, Iris, laisse ton enfant, qu’on le change, viens jouer avec moi, qu’est-ce que tu paries, moi, eh bien, j’aimerais ton manteau café contre ces pantoufles qui viennent de Rosa Pérez, joue la première, quatre, un, deux, trois, quatre, maintenant la chienne blanche, un, deux, pas de chance, et la chienne bleue court sur le terrain, et la chienne rouge sur le terrain, mais la chienne jaune ne cesse de courir, elle se met les pattes en sang pour arriver la première au but, et ainsi j’ai arraché le manteau café des épaules d’Iris qui essaie de m’en empêcher, j’ai froid, mais je m’en moque, bien que j’aie de la peine que la bienheureuse ait froid, je me bats pour te l’enlever parce que la chienne le veut, qu’est-ce que ça peut faire que tu aies froid, Iris, maintenant tu as eu ton enfant, ce qui fait que tu n’es plus grosse, eh bien si tu veux, à titre de grande faveur, comme c’est toi la bienheureuse, demain je te donnerai la revanche, on verra si tu peux regagner le manteau pour ne pas avoir froid, toi avec ton bébé amoureux dans ton lit, pour sûr que tu ne vas pas te refroidir, les bébés, ça tient très chaud quand ils dorment dans le lit de leur maman, et moi rien ne me réchauffe, mes os ne cessent de se refroidir davantage, toujours davantage, et je ne sais que faire pour les réchauffer.
Sube y tira toda esa porquería. —¿Quién? ¿Yo?
Grimpe là-haut et enlève-moi tout ça. — Qui, moi ?
Mátalo, desnúdalo y tira la pistola al mar.
Tue-le, enlève-lui tous ses vêtements et jette le pistolet dans l’eau.
Se quita las medias rotas y las tira. Hay muchos preservativos usados en la basura.
Elle enlève son collant et le jette à la poubelle parmi des préservatifs usagés.
Se desviste en un estado de pánico, se arranca el suéter negro y lo tira al suelo.
En proie à la panique, elle enlève son pull noir, le jette lui aussi.
Lo que me preocupa es que la policía dejase tirao a Evan, permitiendo que lo secuestrasen.
Ce qui m’inquiète, c’est que la police d’Austin a laissé tomber Evan, ils l’ont laissé se faire enlever.
De pronto me quita la camiseta y la tira al suelo, me levanta y me arroja sobre la cama.
Il soulève mon tee-shirt pour me l’enlever et le jette par terre, puis il me balance sur le lit.
—Allá va —le contesta Lilly mientras se quita la mochila con torpeza y se la tira a Josh.
— Le voilà. Lilly enlève péniblement de ses épaules le sac à dos et le jette à Josh qui l’attrape au vol.
Se incorpora un poco debajo de mí, vuelve a levantarme, se quita el preservativo y lo tira al suelo, junto a la cama.
Il se penche dans mon dos, me soulève de nouveau et enlève le préservatif avant de le laisser tomber sans cérémonie près du lit.
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