Translation for "yo atendi" to french
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Todo esto cambió cuando empecé a adquirir prestigio a nivel nacional. Me iba de viaje para promocionar mis libros, atendía diversos compromisos de conferencias y hacía apariciones publicitarias y en televisión.
Tout a changé lorsque j’ai commencé à acquérir une notoriété nationale, à partir en tournée de promotion, à participer à des rencontres et à passer à la télévision.
Durante el día atendía su trabajo con diligencia y se esforzaba por aparentar normalidad. Seguía gastando sus bromas amables y bien recibidas, sonreía con generosidad y no escatimaba sus celebradas imitaciones cuando se le solicitaban en las numerosas cenas y actos sociales a los que teníamos que acudir.
Pendant la journée, il était tout à son travail et s’efforçait de paraître normal. Il continuait à faire ses blagues aussi gentilles que bien reçues, ne ménageait pas ses sourires et ne lésinait pas sur ses célèbres imitations lors des nombreux dîners et soirées mondaines auxquels nous devions participer.
Cuando Ramón llegó a Moscú, en mayo de 1960, el oficial de la KGB que lo atendió durante los primeros meses tuvo la deferencia de informarle que su antiguo mentor le mandaba saludos de bienvenida desde la cárcel donde estaba confinado, cumpliendo una condena de doce años por el delito de participación en un complot contra el gobierno.
Lorsque Ramón était arrivé à Moscou, en mai 1960, l’officier du KGB qui s’était occupé de lui les premiers mois avait eu la correction de l’informer que son ancien mentor lui souhaitait la bienvenue depuis la prison où il purgeait une peine de douze ans pour participation à un complot antigouvernemental.
Atendió a la reunión secreta en la que planearon el ataque y también tenemos pruebas concluyentes de que formó parte del ataque en el que asesinaron a cinco de mi equipo.
Il a assisté à la réunion secrète pendant laquelle l’attaque a été planifiée, et des indices concordants tendent à le désigner comme un des tireurs qui ont tué cinq de mes subordonnés.
Le había comentado a Ruth que, mientras ella atendía sus negocios, deseaba asistir al seminario de mi amigo Michel Miló y pasar algunas horas en la biblioteca de ese centro.
J’avais prévenu Ruth que j’avais l’intention d’assister au séminaire de mon ami Michel Miló et aussi de passer quelques heures à la bibliothèque pendant qu’elle serait prise par ses affaires.
La dueña de la pensión, que tenía hijos ya crecidos, atendía muy bien a Dakota y siempre estaba dispuesta a quedarse con ella si queríamos asistir a algunas funciones del festival.
La propriétaire de la pension, qui avait des enfants adultes, s’occupait admirablement bien de Dakota et la gardait volontiers s’il nous arrivait de vouloir aller assister à des représentations du festival.
Asistido por su gentilhombre de cámara, el señor Sauvage de Villers, Carlos atendía las preguntas y peticiones, las quejas y las noticias. Iba tomándole gusto a actuar con independencia.
Assisté par son chambellan, messire Sauvage de Villiers, Charles répondait aux questions, aux requêtes, aux doléances et aux rapports ; il découvrait le plaisir d’agir en personne indépendante.
En el gran salón, ojerosa con la tez de color masilla y la piel más tirante que nunca sobre los maxilares, la esposa del doctor atendió el coro de pésames, asistida en todo momento por una corte de monjas clarisas que trasegaban de un lado a otro con frascos de sales.
Les yeux cernés, le teint verdâtre, la peau plus tendue que jamais sur la mâchoire, elle reçut dans le grand salon le défilé des condoléances, assistée d’une ribambelle de nonnes qui ne cessaient de traverser la pièce, chargées de flacons de sels.
José le había dicho, Nos iremos inmediatamente después de la presentación en el Templo, que ya echo de menos Nazaret y los clientes que allí dejé, y ella, suavemente, para que no pareciera que lo enmendaba, Pero no podemos irnos de aquí sin darles las gracias a la dueña de la cueva y a la esclava que me atendió, que casi todos los días viene a saber cómo va el niño.
Joseph lui avait dit, Nous partirons dès que nous serons allés au Temple, il me tarde de revoir Nazareth et aussi les clients que j’ai laissés là-bas, et elle, avec douceur, pour ne pas avoir l’air de le corriger, Mais nous ne pouvons pas partir d’ici sans remercier la propriétaire de la grotte et l’esclave qui m’a assistée, elle vient ici presque tous les jours pour savoir comment va l’enfant.
Tal vez se tratara de un escepticismo racial, el escepticismo de todo el que vive de preguntar: «¿Adónde va usted?». Tuvo que enseñar el carnet de identidad en una recepción ocupada por un conjunto rockero de la movida madrileña denominado La Asquerosa de tu Madre, y cuando la muchacha que le atendía comprobó que la cita con Vilariño era cierta y Carvalho esperaba un cambio de actitud en consecuencia, comprobó que el escepticismo se convertía en desgana, a medias motivada por el propio Carvalho, a medias por Vilariño, y si quedaba algo, atribuible a la situación o a la vida en general.
Peut-être était-ce un scepticisme de race, le scepticisme de tous ceux qui passent leur vie à demander : « Où allez-vous ? » Il dut montrer sa carte d’identité au bureau d’accueil pris d’assaut par un ensemble de rock de la movida madrilène intitulé Saloperie de ta Mère, et quand la fille qui s’occupait de lui eut vérifié qu’il avait effectivement rendez-vous avec Vilariño, Carvalho crut qu’il allait assister à un changement d’attitude en conséquence, mais il s’aperçut que le scepticisme devenait mépris, imputable pour moitié à lui et à Vilariño, et, s’il restait de la place, à la société ou à la vie en général.
Cuando, tras más de diez meses de gestación, y de un parto de setenta y dos horas con un dolor tan desgarrador y una agitación tan implacable y febril, Leah, que se había mostrado estoica y no había expresado abiertamente su pavor durante todo el embarazo, quedó reducida a poco más que un animal apaleado y sollozante, cuyos gritos resonaban a través de las ventanas abiertas, penetrando en la oscuridad, y hasta se oían, según dijeron, al otro lado del lago (por lo que Gideon no tuvo dónde esconderse, ni siquiera lo salvó el sopor etílico al que sucumbió)…; cuando, tras el suplicio de un parto tan colosal que Leah jamás encontraría palabras para describirlo (y que, según su teoría particular, no había comenzado aquella calurosa y agobiante tarde de agosto después de cenar, cuando gran parte de la familia se encontraba en el lago, y sólo Della la atendía, con gesto adusto y silencioso, con su luto tedioso;
Lorsque, après plus de dix mois dans le ventre maternel, et au bout d’un travail de soixante-douze heures avec des douleurs si violentes et un halètement convulsif si impitoyable que Leah, stoïque pendant toute sa grossesse, et répugnant à parler tout haut de son épouvante, en fut réduite à hurler et à se débattre comme un animal dont les cris résonnaient par les fenêtres ouvertes, transperçant l’obscurité, et s’entendaient, disait-on, jusqu’à l’autre bout du lac (de telle sorte que Gideon ne pouvait se réfugier nulle part, et que même l’alcool ne le sauvait plus) – lorsque, après l’épreuve d’un travail si colossal qu’il n’y aurait jamais, pour Leah, de mots pour l’exprimer (et sa théorie personnelle était que le travail lui-même n’avait pas commencé en cette soirée étouffante d’août, après le dîner, alors que presque toute la famille était descendue au bord du lac, et que seule la silencieuse Della au sinistre visage, lassante dans son deuil, l’avait assistée ;
Cuando acabé de hablar, me preguntó, Y ahora qué piensa hacer, Nada, dije yo, Piensa volver a sus colecciones de personas famosas, No lo sé, quizá, en alguna cosa tendré que ocupar mi tiempo, me callé un poco pensando y respondí, No, no creo, Por qué, Fijándose bien, la vida de esta gente es siempre igual, nunca varía, aparecen, hablan, se exhiben, le sonríen a los fotógrafos, están constantemente llegando o partiendo, Como cualquiera de nosotros, Yo no, Usted y yo, y todos, también nos exhibimos por ahí, también hablamos, también salimos de casa y regresamos, a veces hasta sonreímos, la diferencia es que nadie nos hace caso, No podríamos ser todos famosos, Para alegría suya, imagine su colección del tamaño de la Conservaduría General, tendría que ser mucho mayor, a la Conservaduría sólo le interesa saber cuándo nacemos, cuándo morimos y poco más, Si nos casamos, nos divorciamos, si enviudamos, si nos volvemos a casar, a la Conservaduría le es indiferente si en medio de todo eso somos felices e infelices, La felicidad o la infelicidad son como las personas famosas, tanto vienen como van, lo peor de la Conservaduría es que no quiere saber quiénes somos, para ella no pasamos de un papel con unos cuantos nombres y unas cuantas fechas, Como la ficha de mi ahijada, O como la suya, o la mía, Qué hubiera hecho de haberla encontrado, No sé, tal vez le hablase, tal vez no, nunca lo he pensado, Y pensó que, en ese momento, cuando al fin la tuviera enfrente, sabría tanto de ella como el día en que decidió buscarla, o sea, nada, que si pretendiese saber quién era ella realmente tendría que comenzar a buscarla otra vez, y que a partir de ahí podría ser mucho más difícil si, al contrario de las personas famosas, que les gusta exhibirse, ella no quisiera ser encontrada, Así es, Pero, estando muerta, podrá seguir buscándola, a ella no le importará ya, No la entiendo, Hasta ahora, a pesar de tantos esfuerzos, sólo ha conseguido averiguar que asistió a un colegio, por cierto, el mismo que yo le indiqué, Tengo fotografías, Las fotografías también son papeles, Podemos dividirlas, Y creeríamos que la estábamos dividiendo a ella, una parte para usted, una parte para mí, No se puede hacer nada más, esto fue lo que le dije en ese momento, creyendo que cerraba el asunto, pero ella me preguntó, Por qué no habla con los padres, con el antiguo marido, Para qué, Para saber alguna cosa más sobre ella, cómo vivía, qué hacía, El marido no querría esa conversación, las aguas pasadas no mueven molinos, Pero los padres, ciertamente, sí, los padres nunca se niegan a hablar de los hijos, incluso estando muertos, es lo que he observado, Si no fui antes, tampoco iré ahora, antes al menos podría decirles que iba enviado por la Conservaduría General, De qué murió mi ahijada, No lo sé, Cómo es posible, el motivo del fallecimiento tiene que estar registrado en su Conservaduría, En las fichas sólo apuntamos la fecha del óbito, no la causa, Pero existe con seguridad una declaración, los médicos están obligados por ley a certificar la defunción, no se limitan a escribir Está muerta cuando ella murió, En los papeles que encontré en los archivos de los muertos no constaba el certificado de defunción, Por qué, No sé, debió de caerse por el camino cuando archivaron el expediente, o se me cayó a mí, está perdido, sería lo mismo que buscar una aguja en un pajar, usted no se puede imaginar lo que es aquello, Por lo que me ha contado, lo imagino, No se lo puede imaginar, es imposible, sólo estando allí, Siendo así, tiene una buena razón para hablar con los padres, dígales que el certificado de defunción se extravió lamentablemente en la Conservaduría, que tiene que reconstituir el expediente si no el jefe lo penaliza, muéstrese humilde y preocupado, pregunte quién fue el médico que la atendió, donde murió, de qué enfermedad, si fue en casa o en el hospital, pregunte todo, aún tendrá consigo la credencial, supongo, Sí, pero es falsa, no se olvide, A mí me engañó, igual les engañará a ellos, si no hay vidas sin mentiras, también algún engaño podrá haber en esta muerte, Si usted fuera funcionaria de la Conservaduría General sabría que no es posible engañar a la muerte.
Quand j’eus fini de parler, elle me demanda, Et maintenant, que comptez-vous faire, Rien, dis-je, Vous allez retourner à vos collections de personnes célèbres, Je ne sais pas, peut-être, il faudra bien que j’occupe mon temps à quelque chose, je me tus un instant pour réfléchir et je poursuivis, Non, je ne crois pas, Pourquoi, Quand on réfléchit bien, leur vie est toujours pareille, elle ne change pas, ces gens apparaissent, parlent, se montrent, sourient aux photographes, sont constamment en train d’arriver ou de partir, Comme nous tous, Pas moi, Vous, moi et tous, nous nous montrons aussi, nous parlons aussi, nous sortons aussi de chez nous et nous y rentrons, parfois même nous sourions, la seule différence c’est que personne ne fait attention à nous, Nous ne pourrions pas être tous célèbres, Heureusement pour vous, imaginez que votre collection ait la taille du Conservatoire général, Elle serait forcément beaucoup plus grande, le Conservatoire veut seulement savoir quand nous sommes nés, quand nous mourons, guère plus, Si nous nous marions, si nous divorçons, si nous devenons veufs, si nous nous remarions, peu importe au Conservatoire si pendant tout ce temps-là nous avons été heureux ou malheureux, Le bonheur et le malheur sont comme les gens célèbres, ils vont, ils viennent, l’ennui avec le Conservatoire général c’est qu’il ne veut pas savoir qui nous sommes, pour lui nous ne sommes qu’un papier avec quelques noms et quelques dates, Comme la fiche de ma filleule, Ou la vôtre, ou la mienne, Qu’auriez-vous fait si vous aviez pu la rencontrer, Je ne sais pas, je lui aurais peut-être parlé, ou peut-être pas, je n’y ai jamais réfléchi, Et avez-vous pensé qu’au moment où elle serait enfin devant vous, vous en sauriez autant sur elle que le jour où vous avez pris la décision de vous mettre en quête d’elle, c’est-à-dire rien, que si vous vouliez savoir qui elle est réellement vous devriez recommencer à vous lancer à sa recherche et qu’à partir de là tout serait peut-être beaucoup plus difficile si, contrairement aux personnes célèbres qui aiment à se montrer, elle ne voulait pas être découverte, C’est vrai, Mais puisqu’elle est morte vous pourrez continuer à la chercher, ça lui sera égal, Je ne comprends pas, Jusqu’à présent, malgré tous vos efforts, vous aviez seulement réussi à savoir qu’elle avait fréquenté un collège, celui que je vous avais indiqué d’ailleurs, J’ai des photographies, Les photographies aussi sont des bouts de papier, Nous pouvons nous les partager, Et nous aurions l’impression de nous la partager, elle, un morceau pour vous, un autre pour moi, On ne peut plus rien faire, dis-je alors, croyant qu’elle en avait terminé avec ce sujet, mais elle me demanda, Pourquoi n’allez-vous pas parler à ses parents, à son ex-mari, À quoi bon, Pour savoir quelque chose de plus sur elle, comment elle vivait, ce qu’elle faisait, Le mari ne voudra sûrement pas me parler, ce qui est fini est fini, Mais ses parents voudront sûrement, les parents ne refusent jamais de parler de leurs enfants, même quand ils sont morts, je l’ai constaté, Si je ne suis pas allé les voir avant, ce n’est pas maintenant que j’irai, avant j’aurais pu leur dire que c’était le Conservatoire général qui m’envoyait, De quoi est morte ma filleule, Je l’ignore, Comment est-ce possible, le décès est forcément enregistré dans votre Conservatoire, Sur la fiche nous inscrivons seulement la date du décès, pas la cause, Mais il existe sûrement une déclaration, la loi oblige les médecins à certifier les décès, ils ne se contentent pas d’écrire Elle est morte, quand elle est passée de vie à trépas. Il n’y avait pas de déclaration de décès parmi les papiers que j’ai trouvés dans les archives des morts, Pourquoi, Je ne sais pas, elle a dû tomber par terre quand on a archivé le dossier, ou alors c’est moi qui l’ai fait tomber, elle est perdue, ce serait comme chercher une aiguille dans une botte de foin, vous ne pouvez pas imaginer ce que c’est, Après ce que vous m’avez raconté, je l’imagine, C’est impossible à imaginer, il faut avoir été là, Puisqu’il en est ainsi, vous avez là une bonne raison d’aller parler à ses parents, dites-leur que malheureusement la déclaration de décès a été égarée au Conservatoire, que vous devez reconstituer le dossier, sinon le chef vous punira, montrez-vous humble et préoccupé, demandez-leur le nom du médecin qui l’a assistée, où elle est morte, de quelle maladie, si elle est morte chez elle ou à l’hôpital, posez toutes ces questions, vous avez encore votre autorisation je suppose, Oui, mais elle est fausse, ne l’oubliez pas, Elle m’a trompée, elle les trompera bien eux aussi, s’il n’y a pas de vie sans mensonges, il peut bien y avoir une tromperie dans sa mort à elle, Si vous étiez fonctionnaire au Conservatoire général, madame, vous sauriez qu’il n’est pas possible de tromper la mort.
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