Translation for "primer violinista" to english

Primer violinista

• first violinist

Translation examples

first violinist

En primer violinista Varsovia Symphony Orchestra.
First violinist of the Warsaw Symphony Orchestra.

Tenía yo veinticuatro años cuando estalló la guerra; estaba casado, tenía un hijo y era primer violinista en la Sinfónica de La Haya.
I was twenty-four when the war broke out, married, with a child and a first violinist with the Hague Symphony.

Cuando pararon para remitirse a sus partituras por una atonalidad accidental, el primer violinista vio a Dirk.
When they had paused to refer to their scores over some accident of atonality, the first violinist saw Dirk.

Girando a la izquierda, comenzó a avanzar por el pasillo y saludó con la mano a su amigo el primer violinista y compositor Oreste Memo, mientras buscaba a Alison en las mesas.
He turned left, going down the aisle, waving at his friend the first violinist and composer, Oreste Memo, and searching the tables for the sight of Alison.

Está aquí Estelle —dijo mi padre, señalando hacia donde se veía a la exjefe de compras charlando animadamente con la mujer del primer violinista, que seguía sentada al piano, tocando algo que nadie oía.
Estelle is here,” he said, pointing to where the ex-buyer could be seen talking animatedly to the first violinist’s wife, who was at the piano still, playing something that nobody was listening to.

A través de la bruma de su irritación y nostalgia, poco a poco cayó en la cuenta de que la persona que había tomado por un primer violinista, y que contaba audiblemente el primer compás y marcaba el tiempo fuerte con un silencioso gesto —una figura recia, de espalda algo encorvada, con unas gafas de montura metálica y el pelo corto de color paja mate, con un flequillo afeminado—, era de hecho una mujer que vestía unos holgados pantalones negros, y no una mujer cualquiera, sino una que ella conocía, cuyos gestos agitados y dictatoriales y cabeceos pedantes y metronómicos le sonaban desagradablemente: era Greta Neff, y no sólo estaba viva, sino menos cambiada después de tres décadas de lo que sería justo esperar.
Through her haze of irritation and nostalgia it slowly dawned on her that the person she had taken for a male first violinist, who counted the first measure audibly and with a silent lunge gave the downbeat—a stout, somewhat hunchbacked figure with steel-rimmed glasses and effeminate bangs, straw-dull hair cut short—was in fact a woman, in baggy black slacks, and not just any woman but one she knew, whose choppy dictatorial gestures and pedantic, metronomic nodding rang a disagreeable bell: it was Greta Neff, not only still alive but less changed by three decades than she had any right to be.