Translation for "conférencier" to spanish
Translation examples
Stefanovic, le conférencier.
Stefanovic de orador.
— Mais, Mr. Hughes, vous êtes conférencier.
—Pero señor Hughes, usted es un orador.
Il y aura des conférenciers et un banquet à quatre services.
Habrá oradores y un banquete de cuatro platos.
Ne le voyez-vous pas. Un conférencier notoirement soporifique.
¿No lo ven? Un orador notoriamente tedioso.
J’ai du mal à écouter le conférencier expliquer le protocole de recherche et ses implications.
Es difícil escuchar al orador. Habla sobre el protocolo de la investigación y sus implicaciones.
Tout ce que la Huntington Society peut offrir aux conférenciers, c’est une tasse de café en guise de remerciement.
Todo lo que podemos ofrecer a los oradores es una taza de la Asociación.
 Mme Popinga est présidente de la société… Les conférenciers sont toujours reçus chez elle…
La señora Popinga es presidenta de la sociedad que organiza las conferencias, y los oradores siempre se alojan en su casa.
M. Schneider, un conférencier de la classique école française d’art, lui apprend ce que fut la naissance du paysage.
Monsieur Schneider, un orador de la clásica escuela francesa de arte, le descubre todo sobre el nacimiento del paisajismo.
Elle se dressait sur les pointes de ses hautes bottes, essayant de voir par-dessus la foule l’estrade du conférencier.
Estaba de puntillas sobre sus altas botas, tratando de ver al orador por encima de las cabezas de la gente.
Le Gouverneur, perché sur les marches, s’adresse à ses sujets avec l’autorité d’un tribun et d’un conférencier.
El Gobernador está de pie en los peldaños de piedra de la estructura, para dirigirse a sus subordinados con la estentórea autoridad de una mezcla entre un político y un orador insaciable.
Le président (M. Huggins) dit qu’ils avaient tous été charmés d’entendre les conférenciers qui les avaient honorés jusqu’alors de leur présence (assentiments de l’auditoire).
El presidente de la mesa (Mr Huggins) declaró su convencimiento de que todos habían escuchado con delectación a los muy ilustres conferenciantes de sus últimas sesiones (¡bravo, bravo!).
Le tumulte qui l’avait accueilli ne s’était pas encore apaisé quand le Pr Ronald Murray, qui présidait, et M. Waldron, le conférencier, s’avancèrent sur l’estrade. La séance commençait.
Aún no se había apagado el alboroto provocado por su llegada cuando se abrieron camino hasta el proscenio el profesor Murray, el presidente, y el señor Waldron, el conferenciante, dando entonces comienzo el acto.
En fait, il s’agit de la présidente, qui allume le micro (marche, marche pas, siffle, ne siffle plus, ronfle), nous souhaite la bienvenue, s’excuse pour le retard de la conférencière coincée dans un embouteillage, et annonce les prochaines initiatives de l’association Parents Ensemble.
Lo cierto es que se trata de la presidenta, que enciende el micrófono (funciona, no funciona, silba, no silba, roza), nos da la bienvenida, se disculpa por el retraso de la ponente, atrapada en un embotellamiento, y se pone a ilustrar las futuras iniciativas de la asociación Padres Unidos.
La présidente répond qu’il est venu de nous, de nos exigences de parents tenus de parler de la mort avec leurs enfants, sur quoi la conférencière lui pose une question étrange : « De quelle mort ? » Comme sanctionnant le véritable début de la conférence, une femme du premier rang pose un petit magnétophone devant elle sur la table.
La presidenta responde que surgió entre nosotros, de nuestras exigencias como padres que nos vemos obligados a hablar con nuestros propios hijos acerca de la muerte, a lo que la ponente le formula una extraña pregunta: «¿De qué muerte?», le pregunta. Como estableciendo que éste es el principio auténtico de la conferencia, una mujer de la primera fila le coloca delante, sobre la mesa, una pequeña grabadora.
dit la présidente : la mort, le concept de mort, son mystère. » Alors la conférencière, avec un beau sourire, explique que sa question visait à souligner le premier et principal aspect du problème posé par l’intitulé : quand nous parlons de mort, dit-elle, à moins d’être des philosophes, en général nous nous référons à la mort de quelqu’un, la nôtre ou celle de nos proches, ou de connaissances ou même seulement de soldats morts dans les guerres dont on parle à la télévision ;
«¿En qué sentido dices qué muerte?», dice la presidenta: «La muerte, el concepto de la muerte, su misterio». Entonces la ponente dibuja una hermosa sonrisa y explica que con su pregunta pretendía iluminar el primer y más relevante aspecto de la cuestión planteada por el título: cuando hablamos de la muerte, dice, a menos que seamos filósofos, normalmente nos referimos a la muerte de alguien, la nuestra o la de nuestros seres queridos, de conocidos o incluso sólo de los soldados que mueren en la guerra de las que habla la tele;
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