Translation for "raspiness" to spanish

Raspiness

• aspereza

Translation examples

aspereza

I have a certain raspiness To my voice.
Tengo cierta aspereza en mi voz.

And i really loved That raspiness.
Realmente adoré esa aspereza.

None of that raspiness, no more coughing.
Nada de esa aspereza, no más tos.

came Lond's raspy whisper.
—susurró Lond con aspereza.

The old voices have a raspiness or a tremulousness that crack and fray the songs.
Las voces viejas poseen una aspereza y un temblor que resquebraja y estropea las canciones.

She rolled to her side and heard him undressing, the rustle of fine cloth, the raspiness of his breathing.
Entonces le oyó desnudarse: oyó el susurro de las ropas y la aspereza de su respiración.

He was breathing slowly, afraid that the asthmatic raspiness in every breath could be heard for miles.
Respiraba despacio, temeroso de que la aspereza asmática de cada inspiración pudiera oírse a kilómetros.

“Stephen?” Scott said, his voice slightly raspy, “it appears that the tip came off your foil.”
—Stephen —dijo Scott con un deje de aspereza en la voz—, parece que su florete ha perdido la contera.

Saul cleared his throat, and hoped the raspiness in his voice would be attributed to general hoarseness and excitement.
Saul se aclaró la garganta, y deseó que la aspereza de su voz se atribuyese a la ronquera y excitación generales.

“Hey,” he said, the mid-1990s spotty cell phone service only emphasizing the raspy charm of his voice.
—Hola —dijo, a través de un teléfono móvil de mediados de los noventa que sonaba entrecortado, pero conseguía acentuar la encantadora aspereza de su voz.

And in that place, wise about the weather, and dedicated to the preservation of his eternally sunburned soul, lived a man some forty-four years old, with a balding head and a raspy voice, whose business, when he moved toward the sea and breathed the fog, was bruised customs, broken laws, and the occasional death that could be murder. Elmo Crumley.
En aquel lugar, conocedor de los azares del clima, y dedicado a la preservación de un alma eternamente bronceada, vivía un hombre de unos cuarenta y cuatro años que estaba perdiendo el pelo, y hablaba con aspereza, y cuya ocupación, cuando se trasladaba al mar y aspiraba la bruma, eran las malas costumbres, la violación de la ley, y la muerte ocasional que era quizá un asesinato. Elmo Crumley.