Translation for "greyish-pink" to spanish

Greyish-pink

• rosa grisáceo
• gris-rosa

Translation examples

rosa grisáceo

Beneath it there are glimpses of scalp, the greyish pink of mice feet.
Por debajo se ven pedazos de cráneo de un rosa grisáceo, como las patas de un ratón.

The eyes bulged like balls of glass, the fleshy mouth hung slack, the tongue, greyish pink and thick, lolled against the tobacco-stained teeth.
Tenía los ojos salidos cual bolas de cristal, la boca carnosa le colgaba y la lengua, rolliza y de un color rosa grisáceo, rozaba los dientes manchados de tabaco.

‘Sir Peter’s gown had belonged to Dr. Dacre Balsdon, and the grey had faded somewhat, so that it looked more like a dirty blue or a greyish pink: it had probably been left out in the rain.
La de Sir Peter había pertenecido al Doctor Dacre Balsdon, y el gris había perdido parcialmente su color, hasta parecer un azulado sucio o un rosa grisáceo: probablemente había estado expuesta a la lluvia.

gris-rosa

There was something about their dark, fat-beaked outlines against the greyish-pink sky that touched me.
Sus perfiles oscuros de picos pronunciados se recortaban contra el cielo gris-rosa y tenían algo que me conmovía.

She had just entered when a tall, almost aristocratic man dressed in a light grey suit, a white and pink shirt and a greyish pink – in other words, salmon-coloured – tie came up to her, took her gently, almost tenderly, yes, that was the word, tenderly, by the arm, and walked back outside, under the arcades. The waiters were clearing the tables, the tablecloths were trembling in the stormy wind, and at the traffic lights, which were green, a dark Simca was parked, even though the lights were green, and in the car were two prostitutes, the older one at the wheel, the younger one in the seat next to her, close to the window, and this one was smiling, though discreetly, at the few single men coming out of Ricci’s.
Apenas entró ella, un hombre vestido con un traje gris claro, la camisa de un blanco rosáceo y la corbata de un gris rosa, digamos asalmonado, alto, casi aristocrático, acudió al encuentro de la chica, la tomó gentilmente, tiernamente, eso es, de un brazo, y la acompañó de nuevo afuera, bajo los soportales. Los camareros estaban quitando a toda la hilera de mesas los manteles y servilletas que se agitaban bajo un viento de tormenta. Y ante el semáforo, verde, estaba parado, a pesar del verde, un Simca oscuro en el que había dos profesionales; la de más edad al volante; la joven a su lado, junto a la ventanilla, sonreía, pero con mucha discreción, a los pocos hombres que salían de Ricci.