Translation for "fortysomething" to spanish

Fortysomething

• cuarenta y tantos

Translation examples

cuarenta y tantos

That’d be awful. Or even thirty. But fortysomething or fifty?
Eso sería muy desagradable. Ni siquiera treinta. Pero sí cuarenta y tantos o cincuenta.

Sophie Mellors was a very well-put-together polite fortysomething.
Sophie Mellors era una mujer educada y peripuesta de cuarenta y tantos años.

Fortysomething, slightly stout, she was an attractive woman with Rod Stewart hair that a beautician had painstakingly streaked with blond highlights.
La mujer, de cuarenta y tantos años y un poco regordeta, era atractiva. Llevaba un peinado al estilo de Rod Stewart, cuidadosamente adornado con mechas rubias en algún salón de belleza.

The new driver. India noted in her careful dispassionate way that this was a handsome man, even a beautiful one, fortysomething, tall, as graceful in his movement as the incomparable Max.
El nuevo conductor. Ella, a su estilo cuidadosamente objetivo, se dio cuenta de que era un hombre apuesto, incluso muy guapo, cuarenta y tantos, alto, tan elegante en sus movimientos como el incomparable Max.

Andy was sorting her clothes when the dry cleaner’s receptionist, a fortysomething Ecuadorian man who always gave Andy Tootsie Rolls, shouted a greeting over her shoulder.
Andy estaba clasificando la ropa cuando el dependiente de la tintorería, un ecuatoriano de cuarenta y tantos años que siempre le regalaba caramelos Tootsie Rolls, saludó a alguien que estaba detrás de ella.

There had been twenty women in the living room of the cottage attached to the Neuworth Interdenominational Chapel, some perched on the old sofa, others peering out of the shadows thrown by the wings of the vast and lumpy parsonage chairs, most sitting cross-legged on the floor in a rough circle — twenty women between the ages of eighteen and fortysomething.
Había veinte mujeres en el salón de la casita de campo de la capilla interconfesional de Neuworth, unas posadas en el viejo sofá, otras escudriñando desde las sombras que proyectaban las cabeceras de las enormes y apelmazadas sillas rectorales y la mayoría sentadas en suelo, con las piernas cruzadas, formando un círculo irregular: veinte mujeres de edades comprendidas entre los dieciocho y los cuarenta y tantos años.