Translation for "dyed" to spanish
Dyed
adjective
Translation examples
adjective
- I'm not dying in Colorado!
- ¡No moriré en Colorado!
The Colorado River is unable to meet demand. The cities are dying of thirst.
El río Colorado no puede hacer frente a la demanda, las ciudades mueren de sed.
We're Methodist Evangelicals, and the church is flourishing in Colorado, and we have a twelve-year-old boy dying to raise horses, and my wife thinks—"
Somos evangelistas metodistas, y nuestra Iglesia está creciendo mucho en Colorado, y tenemos un hijo de doce años que se muere por criar caballos, y mi mujer cree…
He was now fifty years of age--a tall, stout, vigorous man, highly-coloured, with bushy eyebrows, a bald top to his head, and what hair he had carefully dyed a glossy black.
Tenía ahora cincuenta años y era alto, corpulento, enérgico, siempre muy colorado, con pobladas cejas y casi calvo; el poco pelo que le quedaba lo llevaba cuidadosamente teñido de negro brillante.
She thought of a newcomer called Ellis Wyatt whom people were beginning to watch, because his activity was the first trickle of a torrent of goods about to burst from the dying stretches of Colorado.
Se acordó de un recién llegado llamado Ellis Wyatt, en quien la gente empezaba a fijarse, porque sus actividades constituían la primera promesa de un torrente de mercancías, a punto de brotar de las muertas planicies de Colorado.
Above all because of the illogicality of publishing them in the paper of a dyed-in-the-wool liberal like the former president Eduardo Santos, who was as opposed to the retrograde thought of Laureano Gómez as he was to Pablo Neruda’s revolutionary ideas.
Sobre todo por el contrasentido de publicarlos en el periódico de un liberal de hueso colorado como el ex presidente Eduardo Santos, tan contrario al pensamiento retrógrado de Laureano Gómez como al revolucionario de Pablo Neruda.
His adversary was a giant sixteen years younger than he, a dyed-in-the-wool Liberal like him, a militant Catholic and a poor farmer who had recently married and had two children and a good man’s name: Medardo Pacheco.
El adversario era un gigante dieciséis años menor que él, liberal de hueso colorado, como él, católico militante, agricultor pobre, casado reciente y con dos hijos, y con un nombre de hombre bueno: Medardo Pacheco.
In good times and bad he always had his feet planted firmly on the ground, led the social life of a layman, told and listened to jokes of any color, and at the moment of truth revealed what he always had been under his cattleman’s poncho: a dyed-in-the-wool Santanderean.
En las buenas y en las malas tuvo siempre los pies bien plantados sobre la tierra, hacía vida social de laico, contaba y se dejaba contar chistes de cualquier color, y a la hora de la verdad le salía lo que siempre fue debajo de su ruana sabanera: un santandereano de hueso colorado.
Whereas I, a middle-class professor, sixteen years her senior, was a Marxist of the old school and a dyed-in-the-wool militant, and therefore I scorned crazy chic in all its permutations and was uncomfortable with the phenomenon calling itself magic realism, so fashionable at the time, because I considered myself far removed from the superstitions and miracle worshipping of those around us, of whom Agustina was the prime representative.
Mientras que yo, un profesor de clase media, dieciséis años mayor que ella, era marxista de vieja data y militante de hueso colorado y por tanto desdeñaba la locura chic en sus versiones tipo ¡Ay, que locura!, No seamos locos o Hicimos la cosa más loca, y me sentía incómodo con lo que dio en llamarse el realismo mágico, por entonces tan en boga, porque me consideraba al margen de la superchería y de la mentalidad milagrera de nuestro medio, y de las cuales Agustina aparecía como exponente de lujo.
(Always a clever mimic, my dad did a cruelly funny imitation of Dorothy: a sort of battery-operated hausfrau, all compressed lips and jerky movements, and an accent like Curt Jurgens in Battle of Britain.) But though my dad disliked Dorothy enough, his chief enmity was for Grandpa Decker: a tall, fat, frightening-looking man with ruddy cheeks and black hair (dyed, I think) who wore lots of waistcoats and loud plaids, and believed in belt beatings for children.
(Mi padre, que siempre había sido un gran mimo, hacía una divertida y cruel imitación de Dorothy: una especie de hausfrau que funcionaba a pilas, todo labios apretados y movimientos bruscos, con un acento como el de Curd Jürgens en La batalla de Inglaterra). Pero aunque a mi padre no le gustaba demasiado Dorothy, su principal enemigo era el abuelo Decker: un hombre alto y grueso de aspecto aterrador con las mejillas coloradas y el pelo negro (creo que teñido) que llevaba trajes a cuadros llamativos y chalecos, y creía en los azotes con cinturón a los niños para disciplinarlos.
This wave was followed by one of boys in soccer shirts who sang at the top of their lungs incomprehensible slogans, partisan codas older than they were, sicketybooms, bimbombams, rahrahrahs, reminding me of secondary school, the start of my life of connection to Father Filopáter, Bald Errol Esparza, and my soul brother Jericó with no last name: The tumult of young people brought me closer to the past but I was established in the most present of present times when a group of boys grabbed me from behind, stripped off my jacket, and put me in one of the red shirts of the team, school, sect, league, union, alliance, federation, band, clan, tribe, order, brotherhood, guild, club, squad, firm, division, branch, chapter, and common market of the strongest and fastest of nations: Club Youth, which is a kick in the ass and a delirium of the soul, believing you are immortal and knowing you are a badass, in possession of everything and owner of nothing, irrelevance of the passing, celebration of the moment, seminal potency, lost opportunities, rivers in the sand, ocean of the future, sirens that weep: I saw them and I saw myself, all the days of a youth that was dying, harassed, came back to me surrounded by a mariachi band, a melancholy torero, some young girls on vacation, some adolescents in soccer shirts, and a lost woman whose residence, however, I knew.
A esta ola siguió la de los muchachos con camiseta de fútbol que cantaban a todo pulmón lemas incomprensibles, codas partisanas más viejas que ellos mismos, siquitibúms, bimbombáms, rarrarrás, recordándome la escuela secundaria donde se inició mi vida de relación con el padre Filopáter, con el Pelón Errol Esparza y con mi hermano del alma Jericó sin apellido: el barullo de los jóvenes me acercaba al pasado pero me instalaba en el más presente de los presentes cuando un grupo de muchachos me agarró por las espaldas, me despojó del saco y me metió en una de las camisetas coloradas del equipo, escuela, secta, liga, unión, alianza, federación, pandilla, clan, fratia, orden, hermandad, gremio, club, escuadra, firma, división, rama, capítulo y mercado común de la más fuerte y fugaz de las naciones: el Club Juventud, que es patada en el culo y delirio del alma, creerse inmortal y saberse chingón, poseedor de todo y dueño de nada, inconsecuencia del pasaje, celebración del momento, potencia seminal, oportunidades perdidas, ríos en la arena, océano del porvenir, sirenas que lloran: les vi y me vi, volvieron a mí todos los días de una juventud que moría, apremiada, entre una banda de mariachis, un torero melancólico, unas niñas de vacaciones, unos adolescentes con camiseta de fútbol y una mujer perdida cuyo domicilio, no obstante, yo conocía.
How many English words do you know?
Test your English vocabulary size, and measure how many words you know.
Online Test