Traduzione per "looks behind" a spagnolo

Looks behind

• mira hacia atrás

Esempi di traduzione.

mira hacia atrás

The eye then looks behind;
El ojo, entonces, mira hacia atrás;

And then he breaks off speaking, looking behind him.
Entonces se interrumpe y mira hacia atrás.

He looks behind him and identifies his opponents.
Mira hacia atrás e identifica a sus adversarios.

He staggers and looks behind him, frightened.
Empieza a tambalearse, mira hacia atrás asustado.

"Look behind you." That was the shock of my life.
–Mira hacia atrás. Me llevé la mayor sorpresa de mi vida.

“After that, take a look behind us at about the seven o’clock position.
Después mira hacia atrás en la dirección de las siete.

Jenny twists a strand of her long hair between the fingers of one hand, looking behind us to where Hank’s car sits in the empty parking lot.
Jenny se retuerce un mechón de pelo largo entre los dedos de una mano y mira hacia atrás, en dirección al aparcamiento donde está el coche de Hank.

and, looking behind him to see the same crowding faces and bodies, Lord Baster-kin places himself between Lady Arnem and the citizens, holding his elbows square so that his cloak drapes her revelation.
Mira hacia atrás para comprobar que siguen apelotonándose los rostros y los cuerpos y luego se sitúa entre Lady Arnem y los ciudadanos, con los codos abiertos para que su capa oculte la revelación.

At one point he turns and looks behind him, toward the house, and, after making sure that his mother isn’t stationed at a window, watching him, he gets down from the wall, still clutching his suitcase, and approaches the edge of the sidewalk, then looks as far as he can down the sloping street his father appears on every summer, always little by little, like a survivor emerging disheveled but proud from some abyss, head first, bald, roasted, gleaming, with its two strips of curly hair growing carelessly at the sides, then shoulders, then his torso in a freshly laundered shirt.
En un momento se vuelve y mira hacia atrás, en dirección a la casa, y después de cerciorarse de que su madre no lo vigila apostada en alguna ventana, se descuelga del paredón y, aferrando siempre su valija, se acerca al borde de la vereda y mira a lo lejos la calle en pendiente por la que su padre tiene la costumbre de aparecer cada verano, siempre de a poco, como uno de esos sobrevivientes que emergen maltrechos pero altivos de algún abismo, la cabeza primero, calva, tostada, reluciente, con sus dos paños de pelo crespo creciendo con descuido a los costados, luego los hombros, luego el tronco con sus camisas recién lavadas.