Traduction de "hamlétien" à espagnol
Hamlétien
Phrases de contexte similaires
Exemples de traduction
hamletiana
« Charmante » n’est pas le premier adjectif qui vienne à l’esprit pour qualifier cette histoire hamletienne. Mais infaillible, oui, le crayon l’était… L’écrivain était là, même dans ce qui fut jugé « maladresse » (ses façons de reprendre et d’insister ?) ou « bavardages » (les effets de trop-plein ?).
«Encantadora» no es el primer adjetivo que viene a la mente para calificar esta historia hamletiana, pero infalible sí, la pluma lo era… El escritor ya estaba allí, incluso en lo que fue considerado «torpeza» (¿su manera de retomar e insistir?) o «palabrería» (¿los efectos de la sobreabundancia?).
Il avait marché lentement jusqu’au tombeau de René Descartes pour y rendre au philosophe le bref hommage d’une méditation – ce qui est, somme toute, logique – teintée d’un brin d’humour macabre, car il se rappela à ce moment que le crâne du gentilhomme français ne se trouvait pas ici, avec le reste de ses ossements : il avait été oublié ou égaré, lors du premier transfert du corps de Suède en France, en 1666, peut-être même subtilisé par l’officier chargé dudit transfert, qui le vendit ensuite, et le crâne de Descartes, support indéniable du Cogito, avait été ainsi vendu et revendu jusqu’à sept fois, semble-t-il, ses propriétaires successifs – le dernier l’aurait acheté pour 37 francs – y ayant inscrit leurs noms, et tout ce trafic funèbre et quasiment hamletien entre les certitudes de l’ergo sum et l’angoisse du to be or not to be prit fin en 1821, lorsque le célèbre chimiste suédois Berzélius envoya le crâne en question à Cuvier, qui en fit don plus tard au Muséum !
Había caminado lentamente hasta la tumba de René Descartes para rendir allí al filósofo el breve homenaje de una meditación —lo que, en fin de cuentas, es lógico— teñida de una chispa de humor macabro, pues recordó en aquel momento que el cráneo del gentilhombre francés no se encontraba allí, con el resto de su osamenta: había sido olvidado o perdido al efectuarse el primer traslado del cuerpo desde Suecia a Francia, en 1666, quizás incluso escamoteado por el funcionario encargado de ese traslado, que lo vendió luego, y el cráneo de Descartes, soporte innegable del Cogito, había sido, así, vendido y revendido hasta siete veces al parecer, habiendo inscrito en él sus nombres sus sucesivos propietarios —el último de los cuales lo habría comprado por 37 francos—, y todo este tráfico fúnebre y casi hamletiano entre las certidumbres del ergo sum y la angustia del to be or not to be, finalizó en 1821, cuando el célebre químico sueco Berzelius envió el cráneo en cuestión a Cuvier, quien lo donó más tarde al Museo de Ciencias.
How many English words do you know?
Test your English vocabulary size, and measure how many words you know.
Online Test