Traduction de "à gauche par" à espagnol
À gauche par
Exemples de traduction
dejado por
Il avait arrêté de coucher à droite et à gauche.
Había dejado de acostarse con otras.
Nous avons laissé l’église à notre gauche.
Hemos dejado la iglesia a mano izquierda.
— Laissez-moi deviner, lança celui de gauche.
Dejad que adivine —dijo el de la izquierda.
Mes vêtements étaient entassés sur un banc, à ma gauche.
Había dejado la ropa amontonada encima de un banco, a mi izquierda.
— C’est un point que nos critiques de gauche n’ont pas manqué de souligner.
—Detalle que nuestros críticos progresistas no han dejado de señalar.
La moitié gauche était un patchwork de cicatrices laissées par les brûlures.
La mitad izquierda era un patchwork de cicatrices dejadas por las quemaduras.
La deuxième balle l'avait atteinte à l'épaule et avait paralysé le bras gauche.
La segunda le había dado en el hombro y le había dejado paralizado el brazo izquierdo.
L’épée gauche de la Kanlin le frappa au flanc qu’il avait exposé.
La espada que Song blandía en la mano izquierda lo alcanzó en el costado que había dejado expuesto.
On m'avait apparemment laissé une place à gauche de mère et je m'y glissai.
Llegué a tiempo para sentarme a la izquierda de mi madre, una silla que habían dejado libre para mí deliberadamente, supuse.
— On me l’a donnée, souffla Tatiana tandis que son genou gauche commençait à enfler.
-Ella me fue dada-, Tatiana se quedó sin aliento, su rodilla izquierda comenzando a hincharse.
Or compte tenu du fait qu'il avait perdu sa main gauche en Inde (même si l'accident s'était produit cinq ans auparavant) ;
Dada la pérdida de la mano izquierda en la India, aunque había sucedido cinco años atrás;
Sa jambe gauche était découverte, jusqu'au pli de l'aine, et l'ossature fragile de sa hanche jaillissait, étant donné la torsion du corps.
Su pierna izquierda estaba al descubierto hasta el pliegue de la ingle, y los frágiles huesos de la cadera resaltaban, dada la torsión del cuerpo.
À gauche en entrant se trouvait une salle de bains relativement modeste, compte tenu de la catégorie du bateau, et à droite un placard.
A la izquierda, entrando, había un cuarto de baño relativamente modesto dada la categoría del buque. A la derecha había un armario empotrado.
Entre les jambes d’Ombre, sa monture s’étira et se mit à piaffer. Il sentit une chaude fourrure sous sa main gauche, des plumes sous la droite. « Sacré tour de manège, hein ? »
Debajo de él la montura acolchada y dada de sí, las pieles a su izquierda y las plumas a su derecha. —No está mal, ¿eh?
Elle tendit l’oreille. Elle n’avait pas pris sa montre et n’avait pour repère temporel que les divers bruits qui lui parvenaient : l’intrus en train de fouiller parmi les armes blanches posées sur la table à gauche.
Escuchó atentamente. No tenía puesto el reloj y su única sensación del paso del tiempo estaba dada por los sonidos. Por el intruso que revisaba las dagas en la distante mesa de la izquierda.
Kattrinna n’était pas d’avis que le médiocre petit valet d’Erik de Falla qu’elle avait épousé valût plus qu’elle en aucun cas. Mais Jan en s’asseyant rejeta sa veste, et on vit alors que dans son coin obscur il avait relevé la manche de sa chemise de manière à découvrir son bras gauche.
Poco dada era ella a dejar que el viejo y cansado mozo de Erik, con el que había aceptado casarse, la aventajara en nada. Pero antes de sentarse Jan se quitó la chaqueta. Sin duda se había remangado el brazo izquierdo en la oscuridad, antes de acercarse a la mesa.
C'était une conductrice impatiente, qui avait facilement le pied lourd sur les pédales et tendait à jurer entre ses dents et à brutaliser le levier de vitesse, lequel était monté sur la colonne de direction, si bien que son bras gauche travaillait à la manière du bras articulé d'une pompe.
Era una conductora impaciente, los pies solían resbalarle en los pedales, y era dada a soltar palabrotas en voz baja y a tirar de manera violenta de la palanca de cambios, que estaba montada sobre el árbol de dirección, mientras movía el brazo izquierdo como la manivela articulada de una bomba.
D’autre part, vu la situation irrégulière dans laquelle elle vivait et qui faisait l’objet de grimaces de la part de tous les occupants de l’immeuble, elle aurait aimé obtenir un emploi pour Maria Cláudia, car cela, une fois répandu à droite et à gauche par une Rosália toute contente, lui conférerait un certain prestige dans le voisinage.
Por otro lado, dada la situación irregular en que vivía y por la que toda la gente del edificio levantaba la nariz, le venía bien conseguir el empleo para María Claudia, porque eso, esparcido a los cuatro vientos por la satisfecha Rosalía, le conferiría un cierto prestigio entre el vecindario.
Chacun se creusait les méninges pour faire mieux, et chacun obtenait un résultat différent et se moquait de son voisin. Dans la confusion générale, on oubliait la mesure prise, et il ne restait plus à l’oncle Podger qu’à reprendre la règle. Il utilisait un bout de ficelle, cette fois-ci, et, au moment critique où ce bon vieux crétin se penchait sur son perchoir selon un angle de quarante-cinq degrés, tentant d’atteindre un point que les lois de l’équilibre lui interdisaient, la ficelle lui faussait compagnie, il tombait à son tour et atterrissait sur le piano avec un très bel effet musical dû à l’ensemble parfait avec lequel sa tête et son corps venaient frapper les touches. Et ma tante Maria déclarait qu’elle ne permettait pas aux enfants de rester là plus longtemps si c’était pour entendre pareil langage. Pour finir, mon oncle Podger parvenait à situer de nouveau la place du clou, prenait ce dernier dans la main gauche, le marteau dans la droite, et s’écrasait le pouce au premier coup, lâchant l’outil sur les orteils de quelqu’un d’autre dont les hurlements s’élevaient en se mêlant aux siens.
A nuestra vez probamos de calcular la distancia, más se obtuvieron tantos resultados como personas se encontraban en la habitación, lo que dio motivo para zaherirnos mutuamente. En la discusión que siguió, se olvidó el primer número y el tío Podger tuvo que medir de nuevo, utilizando en esta ocasión un trozo de cordel; y en el instante crítico, cuando el honorable anciano se balanceaba en la silla a un ángulo de cuarenta y cinco grados, queriendo llegar tres pulgadas más allá de lo posible, resbaló y cayó sobre el piano, lográndose un efecto maravillosamente musical, dada la exactitud con que todos los miembros de su cuerpo acariciaron el teclado. La tía María, avergonzada del vocabulario que su esposo reservó para semejante ocasión, protestó, añadiendo que espectáculos de esta clase eran contraproducentes para la pedagogía infantil. Finalmente, el tío Podger, logró encontrar la famosa marca, apoyó encima un dedo de su mano izquierda, y asiendo el martillo con la derecha dio un golpe con toda sus fuerzas era de esperar, el clavo no se hundió en la pared; en cambio, oyóse un grito de dolor y el ruido del martillo al caer sobre los pies de alguien. — Querido Podger – dijo tía María suavemente,— la próxima vez que tengas que colgar un cuadro, sería mejor que me lo avisases con tiempo... Así lo tendré todo a punto para irme con los niños a casa de mamá mientras tú terminas de decorar nuestra casa...
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