Käännös "inexacto" ranskan
Käännösesimerkit
—Su información es inexacta.
— Votre information est inexacte.
—Algo simple, pero no inexacto.
— Simplifié mais pas inexact.
Este detalle es inexacto.
Ce détail est inexact.
- Pero tampoco es del todo inexacta.
— Elle n’est pas non plus inexacte.
Usted: ¡Revelaciones inexactas!
Vous : Révélations inexactes !
El paralelo, sin embargo, era inexacto.
Le parallèle était inexact, certes.
Decir que estaba decepcionado sería inexacto.
Dire que j’étais déçu serait inexact.
Era inexacto. Se acordó de un detalle.
C’était inexact. Un détail lui revenait.
La expresión es inexacta, cierto.
L’expression est inexacte, certes.
¿Existe una verdad inexacta?
Existe-t-il une vérité inexacte ?
–Una vez más, señorita, su lenguaje es inexacto e impreciso.
— Une fois encore, mademoiselle, vos mots sont imprécis et incorrects.
Aunque no concluyentes e inexactas, las cifras presentaban un cuadro sombrío: la división de Urquhart estaba a punto de desaparecer.
Bien qu’imprécis, ces chiffres avaient une sinistre signification : la division d’Urquhart était sur le point de disparaitre.
El boceto del asesino de von Kalbach, publicado por la policía de Munich, era tan inexacto que provocaba risa.
Le portrait-robot de l’assassin de von Kalbach qu’avait publié la police de Munich était si imprécis que c’en était ridicule.
Julian había mirado su propio trabajo, inexacto y descuidado, y la metódica fila de Ty, y pensó: «Ambos vemos el mismo mundo, pero de una forma diferente.
Julian avait comparé son dessin brouillon, imprécis avec les carrés méthodiques de Ty, et pensé : « On voit la même chose, mais de façon différente.
Había tres órdenes de tlamahuichíhuantin: la del Jaguar, la del Águila y la de la Flecha. Un guerrero podía ser distinguido con las dos primeras cuando él a su vez había descollado en muchas batallas, y a la de la Flecha sólo pertenecían aquellos que habían obtenido el campeonato de tiro con arco o jabalina, matando a muchos enemigos con esas armas inexactas.
Il y avait trois ordres dans la chevalerie. L’ordre du Jaguar et l’ordre de l’Aigle, auxquels les combattants pouvaient accéder en se distinguant à la bataille, et l’ordre de la Flèche, auquel appartenaient les tireurs d’élite qui avaient tué de nombreux ennemis avec ce projectile bien imprécis.
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