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La política mexicana

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En un momento en que el sistema político mexicano se está democratizando, la cantidad de agresiones y amenazas contra los periodistas no deja de aumentar paradójicamente.
At a time when the Mexican political system is becoming more democratic, it is paradoxical that the number of journalists subjected to attacks and threats should be increasing.

No obstante, los partidos políticos mexicanos han propuesto un proyecto de ley para penalizar la trata de personas, considerándola un delito, y ese proyecto de ley parece ser objeto de un apoyo generalizado.
However, two Mexican political parties had proposed a bill criminalizing trafficking in persons as an offence in its own right, and the bill appeared to enjoy widespread support.

La política mexicana finalmente acabó con siete décadas de poder monopolístico en manos del Partido Revolucionario Institucional, a finales de los noventa.
Mexican politics finally emerged from seven decades of monopoly power in the hands of the Institutional Revolutionary Party in the late 1990s.

—Usted ha de pensar, como lo han pensado siempre las élites políticas mexicanas, que la habilidad al cabo se mide con un signo de pesos, con la conclusión de que los ricos son ricos porque son mejores y los pobres son pobres porque son peores.
“You must think, as Mexican political elites have always thought, that in the end ability is measured with a peso sign, concluding that the rich are rich because they’re better and the poor are poor because they’re worse.”

Lamentaba yo la súbita partida de Pico Molins, seguro de que jamás volvería a tener un médico como ése, un homeópata que me había abierto los ojos a la trampa de la medicina y que me atendía siempre como último paciente de la noche, cuando ya no quedaba nadie más, ni la secretaria, y se podía tomar todo el tiempo del mundo para escuchar mis lamentos y enseguida dirigir la conversación hacia la política mexicana, de la que le encantaba hablar con el mayor de los desprecios, aprovechándose además de mi condición de periodista para extraerme los últimos chismes que circulaban por las redacciones, los que por supuesto yo le revelaba con entusiasmo, atizando su ávida curiosidad y su sed de analizar la estupidez humana.
I lamented Pico Molins’s sudden departure, convinced that I would never find a doctor like him again: a homeopath who had opened my eyes to the scam of conventional medicine and who always saw me as his last patient of the day, when nobody else was there, not even his secretary, so that he could take all the time in the world to listen to my complaints and then change the subject to Mexican politics—about which he loved to speak with scathing disdain—taking advantage of the fact that I was a journalist to milk me for the latest newsroom gossip, all of which I enthusiastically shared with him, stoking his avid curiosity and satisfying his craving to analyze human stupidity.